domingo, 27 de junio de 2010

EL CONVENTO DE ALPARTIR

En estos últimos años y por razones familiares, he tenido la suerte de conocer los pueblos que rodean la sierra de Algairén, en la comarca del Jalón Medio, Almonacid de la Sierra, Tobed, Santa Cruz de Grío, etc. y  Alpartir, que es mi residencia familiar y entrada puntual a la Sierra.

..... in observancia para decir que ....

Todos los pueblos tienen el mismo corte mozárabe, los cascos antiguos colocados en altozanos, lugares pensados con cabeza, y  construidos con  ladrillo rojo y argamasa. Todos ellos están rodeados de viñedos, olivos y  grandes cantidades de almendros en las faldas de las montañas, acompañados de la gran variedad de pinos que dibujan la sierra de Algairén.

Cuando conocí esta zona me quedé impresionado. La belleza del curso del río hasta la sierra, los montes afilados con pliegues rocosos y con pinos incrustados en la rocas, no pasan desapercibidos para los viajeros hábidos de lugares con encanto. Todo son reconocimientos de que, de verdad, esta zona tiene un encanto especial.

Allí, he disfrutado mucho, he recorrido muchas veces ese curso del río,.... esas montañas,.... la huerta, pero sobre todo, conocí un lugar peculiar, donde, hace años, se construyó para la contemplación y la observancia,  un convento franciscano.

Esta construido en la ladera de un monte, a una altura considerable, desde donde se divisa la gran llanura de la Almunia y, cómo no, mirando a la derecha, las estribaciones de la sierra de Algairén.

Me pongo en el lugar de ese fraile apoyado en el quicio de la ventana, observando semejantes paisajes, y entiendo el porqué, de la elección del lugar.
Hoy, después de cuatrocientos años, sólo queda el paraje y las ruinas de su iglesia, adivinándose, todavía, la zona conventual, las celdas, el heremitario y la grandiosa huerta. Como testigo mudo, que aún perdura, está la fuente de un caño, agua fresca, y a la que nadie le ha dicho cuando tenía que parar.

Este lugar reconforta,  da que pensar.....

 En sus tiempos fue  importante, había mucha actividad conventual, investigación, escritos, meditación, y centro neurálgico para las gentes del lugar, pero con la llegada de la desamortización y venta de las tierras de la iglesia, los frailes tuvieron que abandonar el convento y toda la riqueza cultural desapareció, quedando sólo, los testigos mudos del deterioro.

....y para lamentos buenos....

Volvemos, otra vez, a las decisiones lamentables de los gobiernos,... !!! cuánta riqueza se perdió con esta actuación ¡¡¡. Desaparecieron cientos de conventos,... escritos,.... dando paso a la venta fácil del  material sacro y a las lamentaciones de las generaciones venideras.

Hoy, el político, se lo piensa mucho antes de actuar contra el patrimonio, sabe que las universidades y el ciudadano les vigilan de cerca, es nuestra historia y nuestro patrimonio existencial, somos parte de todo, aunque pasen los tiempos.

Chavierin...
N,B. Si se quiere ver el convento entrar en you tube y acompañando una excursión vereis lo que queda del mismo.

viernes, 18 de junio de 2010

AQUELLOS MARAVILLOSOS AÑOS,... en Uncastiello


Hace unos días, mi amigo José Luís, me envió unas fotografías, que me hicieron recordar esos buenos momentos de mi infancia,... la felicidad que nos rodeaba,... los entretenimientos y, también, ¡Cómo no !, las obligaciones de la edad.

Esta infancia se desarrolló en Uncastillo, un pequeño pueblo aragonés,... castizo, con muchos años de historia y arte por doquier en sus edificios e iglesias con muchas calles y callejones que rodeaban al viejuno castillo, ahora en restauración.
Este era nuestro lugar de la infancia,... ¡maravilloso !,... y maravillosos también, esos años llenos de imaginación,... e importantes también, las personas de mi edad que tomaron parte de esa época.

Entonces apenas había televisiones y no dependíamos de ella para disfrutar,.... no nos hacía falta, éramos fans de los juegos populares. De tradición,... deportistas. Nos gustaba la pesca, la bicicleta, etc, pero sobre todo nos gustaba la aventura,... el descubrir nuevos parajes,... hacer cabañas, aunque también era importante el cine del pueblo para nosotros.

No todo era disfrutar, también teníamos obligaciones,... la de ir a la escuela,... la de aprender la disciplina y saber respetar a los mayores,... ¡tuvimos buenos profesores !,... y la obligación de ayudar en casa, en las tareas del campo o, al menos, la de hacer compañía.

Siempre se ha dicho, que al tener tantas iglesias, por fuerza teníamos que ser monaguillos,... y es verdad, lo fuimos casi todos. Las iglesias incomparables, con imágenes que nos imponían respeto,... un cierto miedo,.... poca luz y muchas velas y, a veces, miradas fijas que te asustaban en las tardes cerradas de invierno.
Nos tocó cantar misas en latín, Ad Nonam, Ad Terciam,... de difuntos, y también participar en los entierros. En fin, tuvimos la gran suerte de ser monaguillos de iglesias medievales,...¡ con lo que se lleva ahora !,... los templarios,... Leonardo da Vinzi,... fue, ante todo, una actividad maravillosa.

En aquellos años, dimos rienda suelta a la imaginación, coleccionando " El Chirivín ",... haciendo carricoches,... cabañetas, experimentar con las resistencias y diodos para crear nuestra radio particular de ventana  a ventana,... no parábamos un momento,... nos sobraba energía.

     ..... ¡ Qué recuerdos....!

Esta era la vida de la infancia, en pinceladas, de unos jóvenes nacidos en un pequeño pueblo de montaña.

Hoy, también existe la infancia,... maravillosa también, pero con más recursos,... con entretenimientos a la carta,... televisiones de mil colores,... cinemas,... juegos en las redes,... campamentos de verano,... piscinas,... pero quizás les falte ese puntico de imaginación.

Esta pequeña historia la rememoro yendo a mediales con mi buen amigo de infancia, José Luis.

¡Siempre estaban acetrinados por el sol estos mocetes !.

Chavierín.

martes, 8 de junio de 2010

RETALES DE UNA VIDA,....de mi padre Tomás


Hace unos días se encontraba mi padre en la calle sentado en su banco de siempre y se le acercó un sacerdote de para charlar un poco; mi padre, hombre de rápida conversación y carácter abierto, entabló conversación con él y descubrió, que según sus años, habían estado juntos en el frente, en la batalla del Ebro, uno de soldado enlace, y el otro, de capellán de varias compañías.

Permanecieron hablando largo rato de las dificultades que pasaron, del sinsentido de la guerra, de detalles y más detalles. Unas personas que se encontraban cerca, disfrutaban de la conversación, porque veían la huella profunda que les dejó la guerra. Se despidieron y quedaron otro día para rememorar aquellos tiempos.

Y es verdad, a las personas mayores les gusta vivir de los recuerdos, su mente les traslada a épocas anteriores con mucha claridad .

Mi padre siempre me contó cosas de la guerra, pero siempre de una forma oficial, fría, como dándome a entender de la inutilidad de la contienda, queriendo evitar así, las tristezas que produjo en muchas  familias. Me relataba muchas veces sus andanzas..., la llamada triste a los diecisiete años a la guerra,... la preocupación de la familia, a la vez que intuía la juventud la obediencia debida al poder,  había que ir,... ¡¡¡ por si acaso !!!.
Conozco todos los lugares por los que estuvo, Salamanca, Valladolid, Córdoba, Mahón , Barcelona, Tortosa, siempre Tortosa, intuyo porque ahí lo pasó mal, en la Batalla del Ebro, y claro, Zaragoza y sus cuarteles.

Tengo que reconocer que mi padre nunca me habló de la guerra de una forma escabrosa, de que cuántos morían, que si asaltaban, que si habían vencido, que si eran los buenos,... sólo me hablaba de los compañeros muertos, de sus amigos, de los que al entrar en Barcelona...., A veces me nombraba las buenas migas que hacían con los prisioneros del otro bando, les animaban y les daban cigarricos, eran gente joven como él, sin  culpa ninguna,... le molestaba que la gente sufriera..., esto siempre lo tuvo muy presente.

De esta historia, de mi padre, me queda una enseñanza..., nunca nos quiso transmitir el horror, quería que creciéramos felices quitando de en medio ese tiempo obscuro, y viviéramos creciendo en la bondad, con educación y con  buenos modales.

Desgraciadamente van quedando pocos compañeros de mi padre,... casi olvidados, gente discreta y trabajadora que contribuyeron a crear una sociedad mejor.

Estamos orgullosos de ellos.



Chavierín.

martes, 1 de junio de 2010

JUVENTUD DIVINO TESORO


Hoy, me gustaría retroceder en el tiempo y disfrutar de los recuerdos de la infancia para observar mejor el devenir de la juventud e intentar comprender y acompañar el proceso generacional.

En mis tiempos la ilusión de la mayoría de los padres era la de que sus hijos estudiaran, que fueran algo en la vida, que no les ocurriera lo que a ellos,...  que espabilaran. Estas eran las palabras escuetas que siempre empleaban y que a ellos les llenaban de responsabilidad, repitiendo muchas veces el rintintín de ¡ hay si yo hubiera estudiado !. Le daban mucha importancia al aprender, a tener un oficio, o una carrera, en definitiva, a tener un medio de vida para valerse por si mismos.

Allá por los años sesenta y debido al poso que dejaron en nuestros padres la educación en las escuelas de antes de la guerra, muchas familias optaron por dar a sus hijos una buena preparación buscando para ello todos los medios a su alcance. Aquellos años no eran años de abundancia y el estudiar costaba dinero, pero ayudados por los centros laborales, que hicieron un gran papel en España y por los internados religiosos de bajo coste, se pudo conseguir una juventud bastante preparada en lo laboral y en las inquietudes.

Los padres hicieron el esfuerzo y consiguieron que sus hijos encauzaran su vida laboral y su conducta como personas, consiguiendo a la vez, su implicación directa en la educación de las futuras generaciones. Su esfuerzo fue reconocido y no cayó en el olvido.

Esta es la dinámica de siempre, los padres pendientes de los hijos, de su educación, de que sean algo en la vida, de que no den que hablar y de que se labren un futuro.

Hoy los padres modernos, del 2010, y en estas circunstancias raras de la economía, tendremos que coger las enseñanzas para interpretar el momento y evitar que nuestros jóvenes lo pasen mal, la juventud nunca tiene que sufrir, tiene que estar alegre, sonriente, y a la vez conscientes de que con preparación todo lo pueden superar, de peores hemos salido. 

Chavierín