" Sabías que las fotografías en blanco y negro que adornaban las paredes de las casas, guardaban muchas historias,... sus miradas reflejaban las tristezas de salitre de viejas antostas,... ¿qué no verían esos ojos quietos de la pared? "
....te cuento esto Almudena....
Te comportaste como una mandadera de la posguerra, tomando notas y recreando en tus libros esas historias que un día te conmovieron y enfadaron,... no llevabas bien que esas desgracias hubieran ocurrido en tu país.
¡Pues sí, moceta, sí!, ocurrieron por todos los rincones de estas tierras, por todos los rincones represaliaron al que tenía la palabra libertad en la puntica de la lengua, por soñar y por solicitar lo que les pertenecía,... no les dejaron ni respirar, ni agarrarse a la misericordia del verdugo,... no tenían posibilidad,... los uniformes verdes con botones de sidol, fueron inclementes y llenaron los hogares de tristeza,... eso fue muy cruel.
Silencios y tristezas que perduraron hasta no hace mucho, en los cielos de las aldeas y ciudades de tu Hispania,... la penitencia que nos pusieron no tenía fecha de caducidad,... ¡ de qué casa eres!, me preguntaban de crío, por si tenía unto de familia roja, para abrir o cerrarme la puerta. Tu como yo, escuchamos de jóvenes las historias que nos contaban de ese horror con el estomago encogido, y por eso aprendimos a diferenciar entre el bien y el mal y entre la maldad y la bondad,... y nos convertimos en rojos para ir por la vida con cordura.
Tu hiciste campaña contra el agresor "haciendo trampas", porque tenías un ingenio para contar historias en los libros, de aquellos años, que yo no tenía, todo el mundo leía tus relatos,... y te adoraba. Yo solo tengo un blog relleno de historias decentes,... quizá para echar una mano a la desventura.
Cuando hace unos años fuiste a visitar la tumba de Antonio Machado en Colliure, comencé a interesarme por tu periplo, porque me llamó la atención tu finura de sentimiento,... y por eso me hice socio de tus columnas y reflexiones que coincidían con el aire fresco que transporta la verdad, transparente y purificadora que escasea en estos tiempos.
Y ahora ¿qué voy hacer yo, y qué vamos hacer los demás, si tu no estás ?,... no podremos leer esa columnilla puntual del periódico el País que nos protegía contra la soberbia y las malas artes de los dirigentes.
Pues, nada,... caminaremos con tristeza para asimilar tu sentida ausencia.
Me quedo con esa cometa que me hacía de crío con dos cañas y un trapo rojo,... que sí que volaba.
Descansa Almudena....
Con respeto
Chavierín.