
Al comenzar el día siempre se piensa que es bueno que amanezca,... que te acompañe la salud. Es bueno que lo empieces con ilusión, que conozcas algo nuevo,... y es bueno que lleves el zurrón cargado de sensibilidad para seguir adelante.
Como todos los empleados, al amanecer, persianas arriba, mirada al cielo, ceño según la fuerza de la luz,... el ritual de todos los días, acicalamiento, desayuno, porteo de las jaulas a la terraza y salida para el trabajo, un paseo de media hora gratificante para ordenar las ideas y observatorio de momentos.
Salida plácida de la hacienda con todos en sus labores, el frutero, el panadero, el fotógrafo,...y recepción del aire que viene del Ebro.
Travesía por los chopos que anuncian el puente de Santiago y encuentro con los de siempre,... la señorita con su perro galgo y viejuno, el señor

Hoy no tenía ganas de reproches, sólo me apetecía contar delicadezas.
Chavierín.
He disfrutado leyendo tu crónica de hoy. Casi casi he salido a caminar contigo recorriendo y admirando todo lo que eres capaz de ver y sentir rumbo al trabajo...Sigue así y sigue compartiendo.
ResponderEliminarDesde Leganés un abrazo.
Crónica preciosa: sensible y yo diría que poética. Realmente las cosas pequeñas de la vida, si se miran con ojos amables y creativos pueden ofrecernos muchísimos matices y todos ellos positivos y revitalizantes. Como la cercanía de la primavera, el retorno de los cormoranes, la belleza del martín pescador (lo ha retradado el autor del blog Lo que veo en Zaragoza). En fin, amigo Javier, cada día me recreo más con tu prosa y con tus vivencias. Cuando quieras te digo como puedes incluir también fotos en tu blog que le dará un toque todavía más personal. Un abrazo y buena semana. JL
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