Cuando las lágrimas de la indignación permanezcan en mi rostro, no te cruces en mi camino, "señor " verdugo recreacionista, porque ya vale de poner más sal en las heridas.
... cuando ni la maldad ni el dolor los puede convencer...
Enjutos y de familia bien, el chiringuito de Vox, se colocó a la entrada de la calle Alfonso para ofrecer sus panfletos de gresca e incomprensión. Al verlos, afloraron en mí los arañazos emocionales,... te molesta que, a día de hoy, ofrezcan con empeño las lamentables razones de su ideario.
... difícil papeleta...
Y, ¿Cómo me las arreglaría yo para hacerles entrar en razón?,... pues me bajaría de la carabela haciendo una perfomance, y tomaría tierra para evangelizarlos con escenas de tristes recuerdos,... desgraciadamente.
Les llevaría a la tapia del cementerio de Torrero y les mostraría las placas de las 3543 personas de Zaragoza y de otros pueblos que fueron fusilados, y les diría que si todavía no tienen bastante con los desastres de esa época que parece que la añoran. No incidiría en los relatos escritos de cada inocente porque apenas les afecta el dolor, pero sí les diría, que a los nacidos en un pueblo que sufrió los padecimientos de forma desgarradora por esta forma de pensar, que nos respeten y no se crucen en nuestro camino,... nos producen demasiada grima.
Si tomas la medida del dolor y la indignación de aquellos escenarios y los transportas a la actualidad de recreo del grupo VOX, te das cuenta que aquello que pasó, para ellos, fue como una feria que alguien se buscó.
Y no les hables de los muertos en las cunetas,... de la memoria histórica, de restañar heridas, porque eso no toma parte de sus convencimientos. Se hace duro el contemplar cómo esta forma de pensar quiere inundar las calles sin valorar los padecimientos pasados.
Alguna vez he comentado cómo la santa ciudad de Zaragoza fue pionera y criada obediente de este ideario ultraconservador. Relatos oscuros de esa época, inundan las hemerotecas de la ciudad, mientras, a la iglesia y los medios de comunicación locales, no se les caen prendas en reconocer que todos son hijos de Dios,... les gusta su relato, tanto tanto, que hasta les permitieron poner a la virgen un manto de la Falange,... tanto, tanto, que en los pasos del rosario de Cristal y en los de Semana Santa, aún se ven algunos escudos de la etapa preconstitucional.
Recreación y enfado, abundantes mofas de descaro que los ciudadanos de la ciudad del Ebro no nos merecemos.
Quizá esta vez he escrito con mi cara de invierno,... ¡no lo sé !,... pero cuando esa antigua forma de actuar la quieren mantener con tanta saña, montando cuartelillos en las calles de la ciudad, mi pluma presta estará, para recordarles, que su predicamento no tiene cabida en estos tiempos,... es un desvarío.
Las viejas antostas,... ¡qué le vamos hacer !...
Chavierín.
¡Olé! ¡Buen rapapolvo! A mi tampoco me cabe en la cabeza semejante conducta en los tiempos actuales. Todo lo que sea intolerancia, prepotencia y uso de palabras gruesas no encaja para nada en el modelo de convivencia democrática que nos hemos otorgado.
ResponderEliminarCreo que con el paso de no mucho tiempo, las cosas se pondrán en su sitio; ya verás.
Me ha gustado el artículo. Muy bien enfocado y mejor redactado.
Mis felicitaciones, D. Javier
Un abrazo
JL
Gracias, José Luis, por tu predicamento, esperemos que sea así, un abrazo.
Eliminar