Anclado en el pesimismo después de los intentos de centrar la razón para hacer bien las cosas sin conseguir nada, algún escritor de renombre quiere abandonar su columna de opinión constructiva en el periódico el País porque ve que los indecentes son los que reciben la aprobación de la sociedad.
Visto grande el asunto con el resultado de las elecciones en EE.UU, donde los personajes que van a gobernar el país viven de las excentricidades salidas de tono, viendo lo ocurrido con la DANA en Valencia y la cantidad de opiniones vertidas despreciando el dolor de las victimas, y viendo cómo en las mismas mesas solo existe agresión hacia el gobierno, estos pensadores tiran la toalla porque ven que la sociedad no avanza en corrección y se convierte cada vez más agresiva. Están cansados de opinar en el desierto.
Sí, y este escribidor, también está cansado,... y después de lo ocurrido en Valencia y la tensión que están creando en Europa, sin fundamento, con el nombramiento de Teresa Ribera como comisaria europea, decides olvidar y te metes en el cinema de tu casa para templar los ánimos.
Y encuentras la película perfecta, Perfect Days del director Wim Wenders que trata de la vida cotidiana de un limpiador de los aseos, Hirayama, en un parque de Tokio. Definen la película los expertos, como " la contemplación de la belleza que nos espera en cada esquina, si todavía sabemos mirar y somos capaces ",... una obra sobre la poesía que anida en lo cotidiano.
Hirayama un hombre sencillo, que vive en una humilde casa de Tokio, poco hablador, inmerso en su mundo del silencio, muy metódico con su trabajo y que da gracias a la vida cuando sale de casa con esa mirada japonesa que enternece, me transmitió sosiego. Sosiego cuando ves que es feliz con las pequeñas cosas,... cuando coge con delicadeza un pequeño brote del parque y lo mantiene en su casa,... feliz cuando disfruta de la música de los años ochenta en los antiguos casettes y los escucha con atención,... feliz cuando visita la librería y se compra los libros de William Faulkner y Patricia Highsmith y los lee con luz tenue en su habitación,... esos momentos tienen magia.
Y es que el amor a la música, a los libros, a las plantas, a la belleza, a la tranquilidad, nos dice que la vida es otra cosa, que no somos parte de esa agresividad, que somos diferentes, que vivimos en un mundo especial y que no tenemos porqué sufrir.
Son buenas estas pinceladas de realidad de la vida para aprender.
Agradecido.
Chavierín.
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