domingo, 22 de junio de 2025

LAS SENDAS DE LA VIDA ( capt. 2 )

       LAS   CEREZAS   DE   UBIO

" Aprendí cómo buscaban las gallinas su alimento en el campo, escarbaban con una pata, con la otra, mirada con atención al suelo, y vuelta a empezar "

 .... Todo me llamaba la atención .... 

     Me encontré con un mundo plagado de seres vivos y grandes campos en movimiento, donde las olas del trigo te mostraban los esfuerzos del hombre y su tierra, meses y meses de ir y volver a la faena para arar unos trozos de futuro.

      De amistad y vida, los seres que rodeaban los marcos de la vista, formaban parte de ti, las ovejas y chivos incordiados por la perruna y las aves del corral, las gallinas ponedoras siempre en trance con el cara cara, que daban vida a ese sentir granjero,... todos se quedaron en mi mundo interior como herencia en los primeros años.

       Golpecillo en la espalda de mi abuelo Luís, ¡ hala, vamos a bajar a la barranquera !, a conocer otro mundo mágico. Descenso por el vadinal y llegada al pequeño río de montaña, de agua transparente. Subida la pequeña cuesta y los primeros que me reciben en el hall son unos guindos, pequeños, graciosos, ácidos, que en cierta forma me abren la puerta al edén del agricultor. Lugar de huerta rodeado por árboles frutales que serian propios para que este visitante, disfrutara con los distintos sabores. Sé muy bien que en la juventud, mis tíos y mi padre, plantaron mucha variedad de frutos poniendo en marcha su sensibilidad agrícola. Las cerezas de colores eran las reinas. También tenían sus colmenas para completar el paraje.

      El lugar tenía riego natural, y puentes pequeños para que pasara el rebaño,... y unas escaleras de madera para trepar a los árboles,... a veces, bajaban las gallinas del corral a acompañar a mi abuelo mientras se echaba un cigarro,... y a escarbar en los montones de estiércol buscando gallinas ciegas.

     Las choperas inundaban el barranco en orden y disciplina, de norte a sur, haciendo la corte al rio, todo era una adaptación al lugar y yo aprender lo que es la libertad enseñada por los habitantes del campo.

     Quizá me querían mostrar de jovencillo aquel lugar para que me adaptara a futuro, a esa época de verano al lado del trillo para separar la paja de la mies, en esa era sagrada de "ganarás el pan con el sudor de tu frente "

      .... todo fue fantástico ....

     Al final de los primeros años queda un huevo frito en la sartén, el pucherico de  leche de cabra para cenar y el candil poético a la luz de la luna y un canto a la libertad.

      Ese día me quedé en la cabaña en Ubio con mi abuelo, porque iba a nacer mi hermano Miguel,... tenía cinco años. 

      Todo fue felicidad.

      Chavierín

     

No hay comentarios:

Publicar un comentario