El sopor causado después de haber comido un buen rancho en el caldero de los segadores, es más digno de escritura que el estupor causado por el asombro y la indignación que producen ciertos actos de la especie humana.
Cuando la conciencia está deteriorada, es porque disminuye la sensibilidad y la respuesta a las gravedades que pasan
en el mundo. Ante casos puntuales de mala gestión, saltándose esos puentes de especial sensibilidad, aparece la indignación y las ganas de poner delante del juez a los causantes de semejantes desvaríos.
Estamos metidos de lleno en el mundo de la indignación por las actuaciones de los grandes próceres en sus guerras de destrucción y bombardeos, que disfrutan con la caza al hombrecillo escondido entre las ruinas o con la intención de invadir otros países cercanos al suyo.
Pero es que, con la miel en los labios del escritor, bien podríamos hablar de efluvios y herencias para interpretar semejantes conductas. Desde los tiempos del " Parque Jurásico ", de cuando comenzaban las vidas, la vena depredadora viene marcada por aquellos tiempos del terror. La lucha por el alimento cambia de bolsillo y se convierte en la lucha por el poder, los Tiranosaurios Rex, los depredadores más activos de la política, se están comiendo a todo el bicho viviente que encuentran en su camino. Las mentes del gentil que fueron aleccionadas para hacer el bien, no salen de su asombro porque ven que no respetan los más mínimos valores de la vida,... y se ríen de las grandes corporaciones que podrían poner orden. Y así nos encontramos hoy.
Este proceso de alimañas comenzó en aquellos tiempos de la evolución y se deslizó durante los tiempos de la historia y el fascismo para producir dolor en las grandes guerras y conflagraciones y abusar de los miserables por todos los páramos del globo.
Y llegamos a los vasos comunicantes del dolor de la Hispania, donde esa saña se mantiene en formol aunque pasen los tiempos. La producción de dolor en la población española está impregnada con esa tiranía de los Parques Jurásicos donde no les importa la vida de las personas. En Valencia,... en Sevilla,... en Madrid,... se está sufriendo demasiado con estos desgarros.
El último ataque lo han sufrido las mujeres que luchan contra el cáncer de mama y los miedos,... otra vez ha salido a escena el abandono de los políticos sin hacer acto de contrición.
La ministra quería conocer los listados para proteger a las mujeres, como era su obligación, pero no se lo permitieron.
Esa herencia jurásica campa a sus anchas en España.
Todo esto es muy lamentable.
Con el máximo respeto.
Chavierín.

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ResponderEliminarMuy enfadado lo veo a usted últimamente, don Javier y no le falta razón. Son tantos los desmanes y tan abundantes los despropósitos entre la derecha de nuestro país que no pasaría una semana sin algún agravio que denunciar.
ResponderEliminarSi ampliamos nuestra mirada y adoptamos un enfoque global no terminaríamos nunca de exponerlos.
Pero a mi entender creo que es saludable psicológicamente acotar el ámbito de la crítica puesto que, de tanto sacar los problemas a la luz se puede caer en el desánimo y el discurso pesimista.
Muchas injusticias, si y también mucha afrenta pero por encima de todo la esperanza de que las cosas pueden mejorar. No lo harán por si solas, es verdad. El propio péndulo de la historia contribuirá seguramente a ello y, desde luego, las denuncias y las movilizaciones ciudadanas contra todo tipo de desmanes.
Como ya he comentado en otras ocasiones tú ya has cubierto tu cuota alícuota con el blog lo cual no es poco.
Vendrán tiempos mejores. Seguro
Mes amities
JL
Tienes razón, José Luis, tendré que frenar un poco la crítica, seguro que me hará bien, saludos.
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