Los interpretadores, y los que la tienen que poner en práctica, demuestran tener pies de barro, sin medida ni control, cuando no se respeta el artículo 14, que dice que todos somos iguales ante la ley.
Risas y ademanes, cuando se buscan falsos encofradores, de los juegos del hambre y la oportunidad, buenos " abogados-demonios " para que el incumplimiento de la ley apenas castigue a los poderosos, y salgan victoriosos ante las normas de este importante libro.
Compramos materiales de derribo para encofrar la Constitución, jueces que vienen de interpretar leyes de la Dictadura entre los braseros del invierno y que les cuesta adaptarse al pensamiento de los tiempos modernos. Tenemos militares de mil estrellas en el pecho, que siguen los cánones de los antiguos cuarteles y les molesta que sea el parlamento el que cree las leyes.
La Constitución no se puede encofrar con incensarios y casullas porque es una caja de Pandora que pertenece solo al pueblo. Otros enemigos son los mismos políticos que pasan por constitucionalistas y sus actos demuestran lo contrario. Es como el periódico que habla de la cultura y por otro lado manipula la convivencia social con mentiras,... tendrían que extender su saber estar en todos los campos. La Constitución tendría que ser parte de un todo, respetada en su grado máximo por todos los estamentos.
Da mucha pena cuando ves a los partidos celebrando el Día de la Constitución cada uno en sus corrillos de partido, dándonos a entender que nunca se podrán de acuerdo.
Con estos ademanes, la ciudadanía es la que pierde,... viejos libros de sabiduría nos lo recriminan.
Los tiempos que nos toca vivir.
Chavierín.
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