miércoles, 13 de marzo de 2013

DIALOGOS EN LA FUENTE DE LA MANZANA

Aquí estoy, en los acantilados de la ignorancia, repasando y viendo secuencias de vida, de miles de historias, de sufrimientos, de guerras, de hambrunas, de abandonos, de torpezas de sus  dirigentes, desde los principios del hombre. 
Odio y tristezas sembrados por falta de entendimiento y por el deseo de acaparar todo. 
La ideología y la involución se servía en mesas de grandes comilonas y los resultados de este desvarío, se verían después en millones de víctimas con escenas trágicas de todos recordadas en las grandes guerras.
Para conseguir un mundo feliz se requiere años de evolución y de educación, esfuerzos que nos servirán para valorar lo malo que es el sufrimiento de las personas y lo importante que es preservar su dignidad.

.... pidiendo ayuda ....

Y después de descender a la realidad, me encuentro con unos viejos maestros en la Fuente de la Manzana, a la sombra, para ver si me aclaran algo del porqué de este deterioro de la humanidad. 
Loa señores Sócrates y Aristóteles, viniendo de muy lejos con sus túnicas y sandalias de guarnicionero, me hablan y del porqué del sufrimiento, de las diferencias entre la bondad y la maldad,... ¡¡¡  Grandes barcos se pondrían llenar de maldades y una pequeña ánfora de perfume serviría para llenarla de la exigua bondad que existe  !!!,... me comentan,... La mente humana es propensa a los egoísmos, a amasar, a marcar territorios, a su supervivencia, a no ver más allá de lo material, empleando para ello grandes conflictos de destrucción.

Tomando el breviario, me decían, que la bondad es una actitud positiva y constructiva hacia las personas, hacia la naturaleza, hacia las cosas,... una inclinación natural a hacer el bien, cualidad de los caracteres apacibles, y que la maldad, es justo lo contrario, inclinación natural hacían los desastres y el dolor. 

Esos viejos consejeros que antes abundaban, esos pensadores que siempre hacen falta en las comunidades, esos denunciantes, sin miedos, que se preocupan por los demás y que luchan por los derechos de las personas,... esos, irradian sabiduría y son los que manejan los buenos principios.

Sócrates me comentaba, parsimonioso, que el bien es un estado del alma y una esencia de sabiduría, y Aristóteles, que los actos virtuosos propios de la bondad son una  cuestión de hábito, lo que a la larga, demostrará ser lo mejor.
En  nuestra época empleábamos el tiempo en reflexionar, en entender los momentos y saber usar el intelecto. 
Llenamos nuestros pergaminos de ideas y buenos haceres para la posteridad, pero el transcurso de los siglos nos ha dibujado errores y mucha destrucción, enfrentamientos en las distintas edades del hombre, y,... en la que más dolor se creó, en la etapa moderna, época de las grandes avances tecnológicos y los intereses económicos,... de nada sirvieron nuestros consejos.
Pero también tenéis grandes perfumarios de bondad, de categoría meritoria,... los que se dedican a evitar la pobreza,... los que evitan el dolor,... los que sonríen sin nada a cambio,... los que atienden a esas rostros que siempre te miran,... y te miran,... los que luchan para que la gente sea feliz,... los que dan buenos consejos,... los que luchan por la igualdad de las personas y los que creen que con el sufrimiento no se va a ninguna parte.

Esta es nuestra historia, la que está escrita en todos los archivos del mundo, con sus historias y acontecimientos, y ahora, vosotros, los compartiréis con los movimientos de opinión de buen ciudadano universal, esos que están aflorando por las calles de la sensatez.

Se acabó el diálogo y ahí me quedé, con el vaso lleno de agua de manantial entre mis manos. 

Siempre han sido egregios señores.

Una magnífica clase en un lugar especial



     Chavierín.



1 comentario:

  1. A ver si conseguimos que los maestros frecuenten más a menudo la Fuente de la Manzana. Hace falta una buena andanada de sensatez, honor y recato para cambiar el rumbo torcido de muchos desmanes sociales que, a su vez, son producto de las desdichadas ocurrencias de los políticos.

    Yo sé que tienes línea directa con los maestros. Cuando puedas ya les dirás lo mucho que se echa en falta su razonamiento sereno, su sensatez, sus agudas reflexiones para una vida más coherente y plena. Diles también que, si pueden, se pongan en contacto con lo más granado de los que nos rigen y que, además de tratar de infundirles su sabiduría (tarea difícil, por cierto) les propinen unos cuantos pescozones por el abandono y la dejadez en la que tienen a los más débiles, a los marginados y desamparados...

    Un abrazo, Javier. Feliz semana. JL

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