Quizá al escuchar el concierto de Año Nuevo la vela del centro de la mesa también se dejó hechizar con la música de Strauss, el titilar de la llama y el silencio de escucha lo demostraban y se unía al sonido melancólico que el director de la orquesta creaba in dolce momento.
Sereno y grande, ese es el lugar rosáceo de música y armonía, excelso de notas e instrumentación al unisono, sonatas de jardín y un mundo feliz, donde los afortunados quieren estar, porque allí, se alcanza lo sublime. Riccardo Muti el encargado de interpretar esas bellas partituras tomó buena nota con su batuta y los socializó para que aprendamos amar lo bello, en un mundo necesitado de buenos valores,... memorable.
Y he me aquí, con mi reflexión con una copita de Oporto, de rayuela y cristalino, como si viniera de las grandes vitrinas de palacio, presentada por el mayordomo mayor que habita en las literaturas de época y, de paso, aportar claridad de ánimo.
...... ¿ Desea alguna cosa más ?....
El jardinario de la Opera de Viena estaba repleto de gentes llegadas de todas partes del mundo porque la admiración por la música no tiene pasaporte y llena por igual los corazones de sentimiento y tranquilidad. El evento puntual de anuncio de un año nuevo, con floritura y repercusión, se emplea para lanzar ideas de solidaridad a un mundo necesitado de mejores tiempos.
Y hacemos religión de ese día,.... y lo proyectamos,.... y nos asentamos en las laderas de la tranquilidad, al otro lado del declive, intentando olvidar tanto desasosiego tocando las palmas con la Marcha Radetzky, con sonrisas veteranas, con prisas, para ver si de una vez por todas, nos hacen caso y dejamos de lado a esos dirigentes de pensamiento excéntrico y caduco,... para ver si se busca soluciones al gran problema de la emigración,... para ver si de una vez por todas se acaba con la gusana de los malos tratos y de mentes perversas, y para ver si el mundo económico liberal, piensa más en las personas y menos en la buchaca.
En todas partes del mundo se celebra la Navidad y el Año Nuevo,... se ponen muchos deseos en ese árbol que viene de las montañas, con luceros y diademas colgados en sus ramas, como asidero emocional de que todo podría tener solución,.... y en la ópera de Viena, es donde se tratan con más delicadeza, esos sentimientos.
El concierto de Año Nuevo,... dende niño.
Con retraso, mi escrito de Reyes.
Chavierín.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar¿Sabes que echo en falta de tu acertada reflexión? Pues el enlace con el vídeo de youtube en el que dan el concierto. Lo he visualizado y disfrutado del buen hacer de la orquesta dirigida genialmente por Ricardo Mutti.
ResponderEliminarAlcanzar tanto disfrute escuchando música dice mucho a favor de tu sensibilidad. Plasmarlo por escrito le añade un punto de elegancia. De alguna manera tu también diriges palabras y frases para que la composición resultante en el blog sea armoniosa.
¡¡¡Feliz año nuevo, D. Javier!!!
Tendré que aprender a hacer el enlace, sería todo más directo,... Aprenderé.Tienes razón
EliminarPor cierto... Mucha presencia de público oriental en los palcos y los asientos de la Sala Dorada de la Musikverein de Viena.
ResponderEliminar