Siempre se ha dicho que el hombre que vive en el interior de un país tiene tendencia a ir a visitar el mar, así como al hombre de la costa que vive entre barcos y redes de pesca, también le gusta visitar las alturas de la montaña.
En principio un dato bueno es, pues me viene a mano, el reconocer que en tiempos, cuando un hombre de interior bajaba a Zaragoza, lo primero que hacía era probar los calamares del Tubo en santa bendición con una cerveza fresca.
La sardina de cubo y el bacalao en aquellos tiempos, eran los pregoneros del mar en las alforjas, ricos y embelesados acompañando a la bota de vino,... cierta complicidad.
¡Cierto homenaje al mar escondían estos detalles con los alimentos que ofrece,... para disfrutar !
..... el portal... en Isla Playa...
En retardo va mi escritorio estos días, pues por motivos de celebración, este hombre de interior, ha estado unos días en las costas de Santander observando el mar y las mareas de aparición y retiro,... "" Cuando la luna juega en secreto con las grandes balsas de agua y se las lleva de aquí para allá "",... este sería el informe que el emisario portaría al general dueño de las montañas, cuando descubrió semejante lugar.
Pues sí que es cierto todo eso, porque en rincón sabio elegido por mi sobrina Angela para celebrar su matrimonio, descubrí el poderío del mar con los arrecifes,... las calas mágicas de lectura y observación,... la frondosidad de los encinares y los prados,... y en mantel, una bella ceremonia llena de cariño y aprecio hacia lo que se quiere de verdad,... ¡ Música y diritambos sonaron en ese balcón encima del mar !,... una bonita celebración,...
La gente del lugar nos recibió bien,... esos habitantes de la montaña, afables, abiertos a las puertas del mundo,... ¡ Mirad qué maravillas tenemos aquí !,... ¡ Para que disfrutéis de ellas con tranquilidad !,... nos dijeron.
" El retiro espiritual de las aguas dejaban una alfombra de arena para que estuvieras en contemplación ",... ¡ tenían todo pensado !.
Y quedó el retorno,... y el regusto, y la satisfacción por la belleza del lugar y la organización.
La mayoría de los invitados sabían escribir cosas bellas,... y cantar,... y bailar,... y agradecer a los novios,... hasta que nos fuimos al anochecer.
¡¡¡ Siempre me suelo enamorar !!!....
Cuando estás con personas que quieres bien.
De corazón
Chavierín.
Ya veo que te lo has pasado de maravilla en la boda de tu sobrina. ¡Y qué sabias reflexiones te has traído de vuelta!
ResponderEliminarConocí a un valenciano afincado en Zaragoza que siempre me decía que necesitaba vivir en una ciudad con mar.
Cada cual portamos la indeleble marca de la infancia. Unos hemos introyectado montañas, valles y campos de cereal. Otros han hecho lo mismo con la infinita extensión líquida que cubre casi tres cuartas partes del planeta. Todos somos deudores del medio y el entorno en el que nos hemos criado.
Bella elegía la que has redactado. Tu sobrina (y su ya esposo) se pondrán -sin duda- contentos cuando la lean.
¡Bienvenido de nuevo a la urbe!
Amigables saludos
JL
Un lugar que nos enamoró desde el principio. Y que mejor que estar en ese lugar con la gente que quieres. Un día increíble que hicisteis que se convirtiera en inmejorable.
ResponderEliminarSiempre acertado con tus palabras. Un beso desde Cancún ♥️