martes, 10 de diciembre de 2019

AQUELLAS NAVIDADES

         Por estas fechas, no estaría de más pedir consejo al verguero para que con sus abrojos de mimbre o cañizal, me enseñen a tejer con paciencia las escenas que tengo a bien presentar esta Navidad. Los relatos que de cada año expongo los tengo en cierta manera recordados,... el Adeste Fideles,... la Pandereta,... los Niños del Coro,... y es hora ya de buscar nuevos escenarios para  animar estos prefacios. Con esa intención de rareza, me busco el consejo de los maestros artesanos que saben mucho de dar vida con sus manos a esos humildes arbustos.

     .... buscando escenarios ....

     ¡ Pues nada, que me he empeñado y quiero presentar a los nuevos actores !,... Los cardos de bandada y gabardina, sumidos en la disciplina de llegar a blanquear, que llenan entre escarchas, los huertos del campesino y las huertas de las casas bien. En su terrarium, como imagen de  paciencia en nuestros campos, esperan al agricultor para que con cuidado los lleve debajo del brazo a la hacienda y la dueña les diga,... ¡ Vaya cardo bueno que traes hoy Benjamín ! . Con cuidado lo dejaría la dueña en la cesta del granero,... preciado alimento de invierno que nos da la natura,... bello paisaje,...

    ... un apartado mobiliario...

    Pues sí, en la cadiera con la mesa en el centro, al lado del fuego, junto a la bombilla con interruptor, el hombre de la boina cenaba un huevo con patatas de cuadros, como queriendo presentar barricas de Guirlache por costumbre. Sus labios se estrechaban cuando el sabor del vino hacia presencia en el paladar dando  placidez al momento,... y en satisfacción,
después del refrigerio,... ¡ Me voy madre, que tengo que ensayar la misa de Pastorela !,... ¡ No te tomas la leche o qué !,... ¡ Cuando vuelva !,... ¿ Te has puesto el pantalón de pana ?,... ¡ Mira que la iglesia está muy fría !,... la iglesia que nos tocó vivir, el románico en todo su esplendor.

     ... y por esos fríos...

     Pasábase Don Antonio, el médico, con sus sombrero de verdor, buscando alivio por los portalones del caserío,... me tocó a mí,... con un poco de suerte me libraría de ir a la escuela,... Manta hasta los ojos y cara de circunstancias en espera del veredicto,... ¡ Este mozé no tiene fiebre !,... ¡ Pero bueno, no obstante vendrá el practicante a poner unas inyecciones de penicilina !,... ¡ Pare, pare, Don Antonio, que ahora me encuentro mejor!,... la aguja y esa lata con alcohol, nos traía por la calle de la amargura.

     ... la intendencia...

     ¡ Qué dice Esño Manuel, que apartes las caballerías de la plaza que no puede pasar el camión del vino !. El camión rojo pitancero, que traía las viandas y el vermut para la Navidad. Con la mano en la frente Esño Manuel dirigía las maniobras para descargar las cubas de Magallón,... ¡Echate a un ladico, Matías !. 
    Con expectación los gorriones de canalera vigilaban el movimiento, con su plumaje erizado por el aire del invierno,...
    
      ... el rey del mundo,...
     
¡ Que vengo a probarme esas botas con cordones rojos !,... en casa de Palomo,... ¡ El número treinta y ocho !,... el hombre más feliz del mundo,... ¡ Ahora vendrá mi madre !,... 
     Botas preparadas para practicar el andurrialismo e ir a la escuela,... quizá era mi regalo,...
     La despensa del armario del rincón en estas fechas tomaba cuerpo, los turrones llenaban la bandeja de presentación y el canelario presto estaba ya, para preparar el vino cocido de celebración,... ¡ No eches mucha azúcar al vino que pierde temple !
     ¿ Tendrás que ir a comprar las tarjetas de Navidad a la tienda de Mariano de las muletas,... y ¡ alguna cosa más !,... decía mi padre,... eran amigos.

     .... un escaparate con mucha luz...

    El escaparate de la Encarna exponía las novedades del belén. Nacimientos y pastores  rodeados de esa harina de presentación daban ambiente a la Navidad. Las figuras de barro y el corcho de los portales atraían las miradas del cristal anunciando los Advientos,... era nuestra santa novedad de lucernarios.

     En aquellos años los prefacios de la Navidad acontecían entre la normalidad de vida, la ilusión, las viandas, los belenes y las orejas rojas por el frío,... ¡ A dónde te has metido que vienes tan tarde !,... era mi libertad sin ira.

     Presento unos retales de antaño, vividos y recordados, para adornar los Advientos.

    Me voy a casa de Mariano de las muletas a comprar las tarjetas de felicitación, porque si no mi padre se enfadará.

    Se va acercando la Navidad.

    Chavierín.

    

    

     

     

     

1 comentario:

  1. La leche, Javier... ¡Has conseguido que me emocionara! Tan vívidos traes los recuerdos y tan precisa es tu remembranza que pareciera que yo también me hubiera trasladado allí. Tu estupenda memoria episódica y tu especial aptitud para recrear los sentimientos y emociones del pasado convierten tus relatos en auténticas piezas de colección.

    En Navidades, te creces. Como los buenos artistas.

    Mis más sinceras felicitaciones. En este género pocos te igualan.

    ¡Feliz Navidad!

    JL

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