Pues yo, que creo que para el estirado señor de capelina y bigudí soy un delincuente, no tengo ningún problema en explicar cómo me convertí en un rojillo de pro,... ¡ así de claro !
Conocí el escozor de la indignación cuando me contaban de crío los sucesos que ocurrieron en Uncastillo, mi pueblo, en la guerra civil. Eran tantos los relatos de dolor y llanto en las familias, que se me quedó gravada la palabra injusticia en mi memoria, per secula seculorum.
... algún relato puntual...
Mi padre me contó que su hermana Experta se enfrentó a la iglesia con estas palabras,... ¡¡ Qué hace aquí la cruz, qué hace aquí la cruz.. !!, cuando detuvieron al marido de su tía Ascensión en pleno duelo en el patio con el cuerpo de su hijo presente, y se presentó la iglesia y la guardia civil para detenerle y fusilarlo en el cementerio,... crudo momento. Mi tía Experta, que murió muy joven, ya recriminaba el silencio de la iglesia ante las detenciones,...¡ igual de casta le viene al galgo !....
En las tardes de ganchillo, cuando estaba en el brasero con mi madre y la tía Julia, les decía que me contaran más casos, y me relataban historias de tal familia, o de otra, que me encogían el corazón,... y es que...
.... a los jóvenes de entonces, nos tenían mucho que contar...
Reconozco que en esos años me llamaba la curiosidad,... pero no me vino mal, con tanto dolor, aprendí a enjuiciar,... ¿ cómo se puede caer tan bajo y hacer sufrir a las familias de esa manera ?,... me preguntaba yo,... ¿ ni mandar a los hijos pequeños de los fusilados a un orfanato de Tarazona ?,.. ¿ ni escuchar el relato de la plaza del Olmo por segunda vez ?,... muy lamentable,... Siempre a esas familias conocidas y vilipendiadas, les he demostrado mi solidaridad con mi respeto y apoyo,... para mí, eran especiales.
En Uncastillo hubo mucho dolor,... ¡ mucho !,... fusilaron a ciento sesenta y cinco personas,... que se dice pronto,... golpes en las puertas,... ruido de botas de la guardia civil por las calles,... miedo y terror en las casas.... lloros, desesperación,... todo estaba nublado.
Recuerdo que cuando empecé a salir del pueblo y decía que era de Uncastillo, el siguiente comentario era,... ¡ hombre de la pequeña Rusia !,... No me hacía ninguna gracia y el enfado hacía presencia,... y me preguntaba,... ¡ si supieran de la misa la mitad !... así empezó mi cadencia por el pensamiento de izquierdas.
Desde entonces, por su conducta, nadie del bando contrario, la derecha, era digno de mis respetos,... y me queda ese resabio, sobretodo a los que reivindican esa etapa gloriosa con el dictador. Después, cuando estás con los estudios, te cuentan los horrores de la Segunda Guerra Mundial, los muertos en las cunetas, lo de las dictaduras de Argentina y de Chile, y te reafirmas más en tus convencimientos,... el fascismo hizo mucho daño a la humanidad.
En Zaragoza conocí la canción protesta y la reivindicación, de las canciones sin ira libertad,... de Los Inti Ilimani,... de la Bullonera en las plazas, de Labordeta, que reafirmaban la conveniencia de la justicia social,... bellos momentos de entusiasmo... era todo una escuela...
Ahora, después de cuarenta años de Democracia puedo decir que sigo igual, quizá más exigente con mis convicciones, más pesado con el tema, pero informado de los desastres acaecidos en España con el gobierno conservador y su control de ciertos estamentos en estos últimos años.
Tengo que reconocer que la política me gusta, que es fundamental para que un país funcione, que la Democracia saneada es vital, pero no llevo bien que personajes sin ninguna virtud, se pongan a organizar el país. Así pues, en mis artículos, siempre aparece el lado bueno, el de " los limos ", el del criterio y el sentido común, y el lado malo, el " oscuro ", la forma de pensar global que está haciendo mucho daño a la sociedad,... el pensamiento conservador absurdo y banal que no atiende a razones.
En mis lecturas nunca me ha interesado la vida y milagros de algún personaje de ese lado oscuro, pienso que no tienen nada que aportar a la sociedad que merezca la pena, veo que más bien están, para incordiar y aprovecharse de la ciudadanía, y desgraciadamente, los sucesos actuales, me están dando la razón.
Me considero ciudadano del mundo,... que la gente sea feliz,... que los dirigentes fueran serios y de auxilio social, y que este país fuera para adelante,... aunque muchas veces a estos deseos, los de siempre, les quieran cortar las alas.
Me muevo entre el humanismo y las reflexiones moralistas de los clásicos que ayudan a centrar la convivencia,... ¡ qué sé yo !,...
¡ De qué casa eres mozé !,... ¡ojo a ver !
Chavierín.
Muy bien Javier. Me siento muy identificada en lo que escribes y en cómo lo haces, con verdad y respeto. Sí, nuestro pueblo vivió mucho horror y terror. Una mujer del pueblo que lo vivió y le tocó muy de cerca me decía que "aquello fue una borrachera de odio". Dicen que una guerra cívil tarda 100 años en curarse...Confiemos en que al fin llegue la reconciliación y seamos todos sencillamente buenos ciudadanos. Desde Leganés un abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias, Nines, esto fue lo pasó, una etapa muy triste en el pueblo, a nosotros nos lo contaron y estoy seguro que no volverá a ocurrir.
ResponderEliminarUn abrazo.
Un artículo sincerísimo y escrito con el corazón. Poco -o mucho- se podría añadir (según se mire) pues lo que aconteció en el pueblo siempre ha permanecido bajo una velada capa de silencio.
ResponderEliminarPor mi parte te podría decir (ya lo sabes) que sólo tuve una visión más prístina de aquellos desdichados sucesos a raíz de la lectura de los libros "Dispuestos a intervenir en política" y "Una vida bajo tres banderas". Sólo añadiré que todavía no he tenido fuerzas para realizar una segunda lectura más sosegada por el mal cuerpo que se me puso.
Un abrazo y felicitaciones por esta sentida entrada.
JL
Gracias, José Luis,por tus palabras, sí, cuesta mucho recordar esa etapa.
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