martes, 20 de abril de 2021

EL PADRE MARTINO DEL BAZTAN


               


     El rastro que deja el paso del tiempo nos hace valorar los momentos vividos en aquellos centros de internado. 

     Hoy, para estudiar de jovencillo, ya no es necesario vivir durante meses lejos de la familia. Las costumbres absorbidas por la modernidad,  motivaron que estos centros de formación dejaran de ser necesarios. Su labor reconocida en los años sesenta para adquirir la formación de tronío e instituto, hoy se puede recibir cerca de casa, sin dejar de hacer compañía a tus mayores,... "yo me iba cada doce de septiembre y volvía por Navidad cada vez más,... gordo",... Esa educación espartana con diez o once años, era excesiva, pero era lo que había, y es de asimilar, que después de la disciplina, quizá venga la calma,... y quizá el agradecimiento.

     En el año 2018 se cumplieron 50 años de la apertura en el 68, del colegio de los "Italianos" en el Valle de Baztán. Aunque la labor educativa la dejaron por el año 89, antiguos alumnos acudieron después de tantos tiempos, al refugio de aquellos años, a juntarse y a celebrar, y a compartir con los compañeros ya jubilados, los momentos de convivencia en Elizondo. 

     Hace unos veinticinco años estuve en Elizondo y me acerqué al colegio antiguo, y quizá porque era la hora de la siesta, no llamé a la puerta, no quise molestar. A continuación estuve en el colegio nuevo, moderno, y vi que estaba ocupado por jóvenes residentes de juventud, de la comunidad Foral de Navarra, el colegio había dejado de pertenecer al seminario.Veinte años después, visité de nuevo el Valle con mi familia, y me encontré con que los colegios habían desaparecido y, que en su lugar, habían construido viviendas. 

     En Elizondo, también se dejó notar el boom de la construcción, y dejaron de lado las bellas casas vascas, para construir pisos de cuatro alturas. En el valle desaparecieron todos los internados y la actividad educativa; allí acudían gente de todas partes del mundo a estudiar,... todo fue por ese cambio de costumbres y modernidad. Pero nada se acaba, queda el buen sabor y las actitudes de los exalumnos que se comprometen para que nada se olvide,... esos que manejan la cordura como ninguno.

     .... era el pequeño prefacio.... 

     Resulta que por el seguimiento de la vida y milagros que suelo hacer en internet, del colegio de los Italianos en el Baztán, me enteré que el padre Martino Corazzín, que en mis tiempos vino de jovencillo como fray , y con el que me llevaba muy bien, permaneció diecisiete años en el colegio hasta que cerró la función educativa. Su vida y milagros continuó, pero como misionero en Ghana, dedicado a la educación de los pobres en la provincia de Sunyani, donde construyó un colegio llamado Valle de Baztán, por la ayuda puntual que recibió del valle. La alcaldesa, Virginia Alemán, lo definió como una persona "más buena que el pan", era muy apreciado en el valle Baztán. 

     Ahora son otros tiempos y las ayudas han cambiado,... pero siguen los exalumnos de Lecároz y Franciscanos juntos, echando una mano a la labor del padre Martino, porque no para de hacer obras para que a la gente de esa zona no les falte de nada.

     .... breve reflexión....

    En aquellos años todo no sería tan malo cuando se recuerda con tanto cariño, como cuando te sigue interesando su "paradero " ... como cuando descubres que fray Martino es el promotor de esa bella labor en Ghana,... te alegras por esa actitud tan generosa y porque conviviste con una persona de bien,... es un referente de aquellos años.

     .... finalizo....

    Pienso que esa llama de " los italianos " en el Baztán, nunca se apagará,... que siempre habrá alguno que acudirá a respirar el aire de sus montañas, y que habrá otros, los exalumnos de pro, que insistirán para que el padre Martino no se quede solo con su labor.

     Todo expuesto, con mucho respeto y aprecio hacia la labor de Martino.

     La llama de los italianos siempre perdurará en el Valle.

     Seis años de mi vida los pasé allí.

     Chavierín.

2 comentarios:

  1. Creo, Javier que fueron muchas y muy buenas las cosas que te trajiste del Baztán. Educación de nivel y sensibilidad artística fueron, desde luego, algunas de ellas. Sin olvidar que allí se te proporcionaron las herramientas básicas para desempeñarte mejor en este mundo tan complejo.

    ¡Solo hay que ver los recuerdos tan gratos que conservas de aquellos años!

    El colegio físico habrá desaparecido pero su representación mental perdurará para siempre en tu mente y en tu corazón.

    Me apunto como acompañante de tus remembranzas. Parte de tus vivencias quedan también integradas en las mías.

    Un abrazo.

    JL

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  2. Qué vivencias tan buenas y tan bonitas. Recuerdo las palabras de Paulo Freire: "La educación no cambia al mundo, cambia a las personas que van a cambiar al mundo." Se oyen muchas voces alteradas y no precisamente de los mejores...Pero sigo creyendo y confiando en las buenas gentes de la normalidad, somos mayoría. Desde Leganés un abrazo.

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