" La verdad, calma chicha, en espera, sin resortes, sin timonel,... nos tendremos que adaptar a la autosuficiencia, a vivir los momentos, porque que yo sepa, los abejarucos todavía están anidando en los pocicos de la Pesquera "
Hoy, ocho de julio, Chavierín tiene que reconocer que se encuentra en el dilema de la obscuridad, de la opacidad, le apetece escribir pero las temáticas elegidas no le acaban de convencer. Pasear otra vez con el capote en el hombro dando vueltas sin parar por las plazas del desánimo y el temor, resulta repetitivo, agotador, y tiempo habrá para continuar llamando a los picaportes de la decencia.
Pero estoy por la labor, temas tengo guardados en la mochila para contar, para compartir, pero me los guardo para más adelante.
He recogido el pupitre y el tintero porque me voy de vacaciones, a olvidarme de la prensa y de la tele-actualidad. Me iré a andar y a observar la natura y a imbuirme de los olores a sirria del campo, de las barranqueras, de los sonajeros de la campiña, corculladas y demás, y de paso, prepararé nuevas reflexiones, para aguantar estos tiempos llenos de desasosiego.
Pienso que el sentido común y las ganas de vivir nos tienen que activar. Lo que está ocurriendo, por fuerte que sea, es una secuencia de las mercaderías y los fundamentos económicos, juegos raros, sin heridas, sin sangre,... pero nada comparable con los años del sufrimiento de las grandes guerras, del llanto. De ahí se salió y esto, queramos o no, tendrá un final.
El deseo es resistir, explicando el camino verdadero, la racionalidad, porque la vida sigue y porque las bibliotecas siempre estarán llenas de miles de historias.
Hoy, Chavierín, se encuentra reflexivo, se da cuenta de que con actitudes positivas se solucionarán las cosas.
Me tomaré con el amigo Cervantes medio lebrillo de vino para celebrar que estas historias sólo sean producto de un mal sueño.
La vida sigue. Hasta pronto.
Chavierín.
Señor Chavierín: que pases unas estupendas vacaciones disfrutando de lo que hoy en día mucha gente no sabe disfrutar: que te "punchen" un poco las aliagas, del olor del espliego, observando un mochuelo (quedan pocos), subiendo por un sendero empinado y divisando el horizonte. Degustando, en fin, cada segundo de este regalo que es la vida ¡Cuántas y cuántas ánimas y espectros lo darían todo por un solo instante de nuestras vidas! ¡No lo olvidemos!
ResponderEliminarQue disfrutes. Un abrazo. JL
Fefiz verano Javier, que disfrutes como tu sabes hacerlo; gracias por compartir tus reflexiones, tus ideas,tus ganas de construir, de vivir en positivo, tu sapiencia, que es mucha, y gracias por ser tan entrañable. Te espero a la vuelta del verano.
ResponderEliminarDesde Leganés un abrazo