Nada se puede olvidar ni imponer porque lo diga la historia, hay hechos que solo tendrían que estar reflejados en los libros, pero no homenajeados en las plazas ni en los nombres de algunas calles.
En el libro de Antonio Gala, el Pedestal de las Estatuas, se recrean las conductas de los reyes y principales de la Iglesia. En él describe el autor, los entresijos de mala conducta y actos malvados que llevaron a cabo. No eran discípulos de San Francisco de Asis, como nos quieren dar a entender, ni nada parecido, vivieron muy lejos del criterio y actuaron con desmesura en las guerras, y en la obscuridad de palacio y usaron la soberbia que se mantiene tan erguida como una escoba.
La Iglesia también vivió etapas de rebozo y conductas nefastas, llenas de libertinajes e inquisidores, que aclaran su realidad,... no eran unos santos de devoción.
.... expuesto y con verdad....
A raíz del asesinato del ciudadano de color George Floyd, por la policía americana, hemos visto la aparición de un enfado que llevaba años aletargado en los mundos de la historia. La esclavitud y todo el abuso acumulado, se reflejó en la destrucción de los símbolos y estatuas que la historia edificó a sus partidarios. La gente harta de tanta normalidad de afrenta, se reveló contra todo que representara a aquellas etapas malditas,... ¡ Ya está bien de aguantar !
Y es que se busca la ejemplaridad y se deja de lado la banalidad. Las mentes absurdas han querido controlar todo y se encuentran con estas respuestas. Digamos que está apareciendo una contraoferta que pregona la dignidad,... La gente inculta no puede gobernar el mundo.
En mi país, que es particular, se mueven como pez en el agua, con zaragatas parecidas, dirigentes escasos de luz, entre los que destaca uno que reluce más que el sol, el rey emérito, que no blandió la espada, pero que no fue nada ejemplar. A su vera crecieron las zarzas de la corrupción como si estuviéramos en la Edad Media,... no creo que mantengan sus estatuas.
Hay impresentables que quieren que todo quede como está, que no se revise la historia, que los trapos sucios no salgan a la luz, pero con criterio, bueno es, hacerla ejemplar.
En estos tiempos, los ignorantes, no se dan cuenta que van contracorriente con el sentir de la inmensa mayoría, que quiere que se olviden esos malos sueños y se viva con dignidad.
Pobres de espíritu.
Chavierín.
Se dice que la historia la escriben los vencedores y, por tanto, las estatuas también son erigidas por ellos. Nuestra historia está plagada de nefastas intervenciones de reyes incapaces y arbitrarios cuya gestión fue un lastre para el país. Llega la época moderna donde se podían enmendar aquellos desaguisados y nos topamos con que el rey emérito no ha hecho sino reproducir antiguos vicios y caer en idénticas inercias.
ResponderEliminarNo es de extrañar pues el desencanto y la desafección de un gran número de ciudadanos con la institución monárquica. No se pide otra cosa que ejemplaridad y como bien señalas sólo los ignorantes van a contracorriente.
Ya veremos cómo evoluciona todo esto
Estupendas reflexiones sr. cronista. Excelente artículo
Saludos desde la nueva normalidad
JL