UN BAZAR EN UNCASTILLO

     ¡ Hombre Venán, ¿que haces por aquí?,... ¡nada mozé que he venido del huerto y me he dicho, voy a dar una vuelta por la tienda!,... ¡ ah pues nada, muy bien me parece !,... ¡pasa, pasa!,... 

¡ Una cosa te voy a decir, Venán !,... ¡no hace falta que te pongas la mascarilla para entrar,... ni los guantes,... ni el liquido de las manos,... aquí no hay peligro de de contaminación!,... ¡pueden entrar los que quieran!,... y puedes tocar las cosas y acariciarlas sin problema, y si no encuentras lo que buscas, me puedes preguntar,... aunque, no creo que te haga falta porque enseguida reconocerás los objetos que acompañaron tu vida,...

     ....."detalles que miras y acaricias como testigos de tiempos pasados ". 

     Vas a encontrar todo expuesto por los senderos del local y por las estanterías. Allí están los retales de tu vida,... de tus principios,... los detalles con los conviviste con tu familia,... en tu pueblo, en las fiestas,... en el pipete,... ¡ eso también !,... sí, eso también,... hasta la música puedes encontrar,... aunque sé que lo primero que vas a buscar van a ser esas cosas que empleaban tus padres, sus costumbres y utensilios que rodeaban su vida, esos que iban por el armario y por los bolsillos de la chaqueta,... todos están aquí,...

     ..... pasado el rato.....

     ¡Veo que te has emocionado, Venán !,... sí, mozé, sí,... se presenta todo de golpe y,... ¡ vaya tienda bonita que has montado, Javier !,...¡ tienes mucha parroquia dentro !,... sí, últimamente vienen muchos de visita,... con esto del virus la gente vive más en la tristeza y encuentra reconforto en el recinto,...¡con esa idea la monté!

    Habrás visto que los perfumes, y untadicas de miel, y pan con vino y azúcar siguen como si nada, que están recién sacados del horno,... lo mismo que las frutas y membrillos del cabañal,... ¡sí, ya me he dado cuenta, sí !,... ¿ Te puedo hacer una pregunta ?,... ¡dime, Venán!,... ¿porqué montaste la tienda en la calle de la Lechuguilla ?,... pues porque Eleuterio de Palomo tenía un local donde guardaba las almendras y me lo alquiló sin pedirme nada a cambio, y porque era una calle egregia, de renombre y negocios varios en aquellos tiempos,... ¡ en algún lugar tenía que poner el domicilio fiscal !,... me lo pedía Hacienda,... ¡ Tu, Javier, en cierta forma te adelantaste a los tiempos y montaste tu tienda de una forma virtual!,... sí, imaginativa y reconfortante, todo el mundo puede venir a verla,... y a recordar,... y a acariciar,... lo único que tengo que hacer es tenerla con cierto orden y mostrarla al mundo, es el recinto verdadero que acapara todos los sentimientos, de amor, morriñas y melancolías de la vida de cada uno. Y con todo y mi imaginación, después, hice literatura fantástica y la llamé, la Tienda de la Melancolia,... y allí está y la mantengo por los tiempos, porque no pago nada de alquiler y me sirve para reconfortar el ánimo a veces decaído. 

     Esta es mi tienda con mis cosas expuestas, y con domicilio fiscal en Uncastillo, pero se pueden montar tantas Tiendas de la Melancolía como personas habitan el mundo. 

     Y  "así encontrarás tus recuerdos expuestos por las estanterías de la vida ".... 

     ¡La una mozé, hora de ir a comer !

      Es mi forma de celebrar los cuatrocientos artículos de escritura, que viven en ese lugar. 

       Chavierín.