LAS ENSOÑACIONES DE UN ESCRIBIDOR

           Esta vez toca meterme en la narrativa de prosa e historia del escritor, Ildefonso Falcones. Su obra muy valorada en esta casa de lectura, revolotea por las estanterías como dueña de los buenos momentos que nos hacen pasar sus relatos. Sus escritos van con el interés del lector por conocer las costumbres de otras épocas, integrándose así en los relatos como un paisano más.

     Para este viaje, el escritor me mandó el billete de finales del siglo XIX y comienzos del XX, para disfrutar de su obra "El pintor de almas ", desarrollada en la ciudad de Barcelona, de cuando la lucha sindical y la anarquía hacían frente al abuso de los empresarios y la industria empezaba a resurgir. Esa época coincidió con la pérdida de Filipinas y Cuba por el gobierno español y con el desastre de Anual en Marruecos, donde masacraron a muchos soldados enviados para defender las minas que pertenecían al conde de Romanones, eso cuentan las crónicas. Por esa época, en 1889, nació mi abuelo Luís, que estuvo en la guerra de Africa y también Esño Migas, que participó en la guerra de Cuba y los desastres. Cada vez que el autor mencionaba esos acontecimientos me hacían compañía y aprendí a compadecerlos.

     Cierto desorden y abuso había en la España de aquel entonces, los potentados catalanes ya estaban contrariados con el decaimiento del estado español e intentaban diferenciarse de la España ruda y provinciana buscando ser distintos con su ingenio,... vivían en un mundo aparte, aunque también andaban en la miseria. Para eso la gente rica, aprovechando el movimiento Modernista Europeo, construyó una diferenciación que llamaría la atención con el tiempo, el Modernismo Catalán, un estilo arquitectónico en los edificios, rebelde, mezclado con las artes plásticas, el diseño y la decoración con cerámicas y motivos ornamentales de animales y plantas que llamó la atención. Cien años después, esos edificios siguen teniendo un reconocimiento mundial, los visitantes acuden en masa a ver  la catedral de la Sagrada Familia de Gaudí,... el Palacio de la Música,... el parque Güell,... la Pedrera, etc, etc,... aquí en Zaragoza de ese estilo, tenemos la casa Solans que es digna de ver.

     De conocimiento me sirvió, el aprovecharme de ese viaje en la lectura, de las explicaciones del escritor y empaparme del ingenio que tuvieron Gaudí y compañía, para construir tal cantidad de edificios con formas inverosímiles que dicen mucho del arrojo de los catalanes.

    .... y ¿a dónde quería ir a parar?....

    ¡ Pues a dónde voy a ir !,... rio arriba, al pueblo de mis orígenes, a Uncastillo, lugar que también fue en su día centro de ingenio y artesanía en abundancia y que después de los años quizá sigue buscando un reconocimiento mayor. La concentración de iglesias y palacetes alrededor del castillo, encierran manos artesanales que juegan con la piedra a manos llenas y gravan en sus paredes motivos de ingenio que llaman la atención . Y uno se pregunta, ¿ porqué se eligió esta población para llenar todo de arte ?,... ¿ qué motivo les movió para actuar así ?,... ¿quizá en aquellos tiempos también existió un punto de rebeldía contra la normalidad establecida ?,... o ¿quizá competían con los habitantes del "barrio nuevo", para ver quien estaba más cerca de Dios ?,... el gran conjunto histórico artístico del románico aragonés.... que quizá pide "libertad " para que un mánager con ingenio publicitario, ponga al pueblo donde se merece.

     ..... mis ensoñaciones.... 

     La gente se recrea con la obra del ingenio catalán en grado sumo, allende los mares, y,... ¿porqué la gente no se puede recrear, en menor grado, con lo que hay en este lugar?. Este escribidor echa de menos ese reportaje hecho a conciencia sobre Uncastillo, con la exposición de toda su riqueza artística explicada de forma tranquila y abundante en los medios de comunicación.

    Pienso que sigue faltando algo para que el pueblo tenga la importancia que le corresponde.

    En Uncastillo la fama y el nombre lo llevaban los piqueros, benditos con la piedra a cuestas,... su edén.

     Chavierín.