jueves, 29 de julio de 2021

EL SACO DE ARPILLERA


          El relato sigue presente,... el personaje, no. 
    Todo acontecía en ese aula con mesas de agujero para el tintero, un crucifijo en la pared, la foto del Caudillo y la inocencia escondida. En un rincón, la estufa de los inviernos, los viernes, la clase de religión, y de obligado encargo, la confección de murales para engrandecer a la patria en las fechas gloriosas del alzamiento. La parafernalia en el pasillo con la bandera y el canto del Cara al Sol, daba por finalizada la faena y prestos estábamos ya para ir a comer,... no sabíamos por dónde nos venía el aire.

     Así estaban las cosas en la escuela en los años sesenta, solo cabía obedecer y no llamar la atención. Alguna vez me he preguntado si los maestros tenían el título oficial o eran delegados del régimen,... pero bueno, no eran malos enseñando, de la buena preparación de los alumnos, dieron fe en otros centros de estudio.

     Así era la tutelación educativa del régimen, silencio y más silencio, nadie comentaba lo que desgraciadamente ocurrió en Uncastillo cuando la guerra. Había misterios en las calles y  muchas familias marcadas por el sufrimiento, que sabrías de su infortunio con el paso del tiempo.

     En la plaza del Olmo nos obligaban a honrar a los caídos por Dios y por España, cuyos nombres figuraban en una placa blanca en la pared de la iglesia,... los otros desgraciados que fueron vilmente asesinados, estaban en el olvido,... no tenían derecho a un pequeño recuerdo.

     " Mañana domingo cascaletingo, pasaron las monjas comiendo mostillo, no me quisieron dar, y en una patada las eche a rodar ",... ¡ no cantes eso en la calle mozé, que te detendrán !,... alguien bromeando me hacía cantar eso de crío....

     Los silencios duraron hasta la muerte del dictador, en los libros de la escuela, hasta hoy. El relato crudo y descarnado nunca se pudo explicar porque fuerzas ocultas de la iglesia y otros estamentos adeptos al régimen, no permitieron contar la verdad de lo ocurrido en España.

     Ahora, por fin, se va a incorporar el relato, los jóvenes van a poder conocer, lo que realmente ocurrió,... y se van a preguntar,... ¿porqué ochenta años después continúan tantos miles de represaliados enterrados en las cunetas?,... ¿porqué hubo tantas venganzas?,... la legitimidad de la República,... ¿porqué se rebelaron los militares?,... si toda esa maldad, ¿ tenía justificación?,.... Les hemos ocultado a los alumnos el relato crudo y verdadero,... y  ¿qué se ha conseguido con esta aptitud?,... no dar importancia a la maldad,... esta aptitud se pasea hoy por España alegremente.

     Pero nunca es tarde, por el obligado cumplimiento de la ley de memoria Histórica, se va a incluir el relato en los textos de las escuelas y se educará exponiendo el dolor como drama para crear mente juiciosas,... el país con el tiempo lo agradecerá.

      Esta historia ruin siempre vivió dormida, latente, como si estuviera dentro de un saco de arpillera perdido en un rincón del granero, aguantando el paso de los años para que nadie descubriera la verdad,... saben que fue muy cruel lo que hicieron.

     El tiempo que nos tocó vivir.

     Chavierín.

      

       

1 comentario:

  1. Sólo ahora que ya sabemos más cosas de la vida y que disponemos de forma inmediata de información de cualquier tipo es cuando nos vamos haciendo una idea cabal de cuantas historias quedaron sepultadas en el olvido en nuestra infancia y parte de nuestra juventud.

    Ya sabes el dicho que la historia la escriben los vencedores. Su versión es la que se impone por encima de las demás.

    Y luego está el miedo que quedó latente entre la población. Y el terror paralizante de las madres que trataba de evitar por todos los medios cualquier alusión a la guerra civil o a sus prolegómenos con la finalidad de proteger a su cohorte. Una suerte de trastorno postraumático que impidió entrar en profundidades sobre lo ocurrido en nuestro pueblo.

    Tu lo describes con sinceridad y respeto. Se agradece tu trabajo.

    Un saludo, D. Javier.
    Muy sensatas y sentidas reflexiones

    JL

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