EL VALOR DEL RESPETO

          Recuerdo que de críos salíamos de la escuela aleccionados con la importancia que tienen la consideración y la cortesía; el usted era la clave de la educación para respetar al mayor y no dar que hablar. 

Una medida sencilla en origen, quizá impuesta por la disciplina de aquellos años, pero que tenia su relevancia e  implicaba a las familias como tutores. Cuando a una persona mayor no la tratabas con respeto los padres te llamaban la atención..

     Me viene a la mente la comparecencia en corro del grupo que fuimos a Elizondo de Uncastillo, todos en silencio, tibios, cuando llegamos al internado la primera vez, la educación y el saber estar, fueron parte de los comentarios positivos que pronunciaron los frailes.

     .... y es que.... 

     La educación se derrumba cuando a un señor mayor lo tratas con desprecio. En el mundo laboral que yo conocí de atención al público, el respeto al interlocutor, incluso cuando eran jóvenes, siempre era una máxima para que el cliente se encontrara en territorio amigo. Desde un cliente de familia bien con color verdín, a clientes de la pardina de ir por casa y a otros jóvenes que venían asustados de sus países, siempre recibieron mi ayuda. En los principios nos enseñaron a respetar a todo el mundo.

     .... como tiene que ser....

     Siempre ha habido un respeto al nombre, a la admiración de personas cultas,... pensadores,... científicos,... políticos, etc. etc, que están haciendo una gran labor en la sociedad con su empeño y opiniones constructivas. Detesto en estas veredas al que se dedica a servir al ciudadano y no cumple con las mínimas normas de la educación. Lo que vemos en el Congreso es la exposición flagrante de la contrarreforma del respeto, gritos, insultos y desprecios, pueblan los debates. La gente del mundo conservador, bien parecida y aliñada, no tiene ningún reparo en reírse de estas enseñanzas aunque estén a la vista del mundo, les da igual. Por el contrario la gente sencilla es la que mantiene ese respeto en la sociedad para que el día a día sea llevadero.

     Ese desdén de desprecio se manifiesta mucho en los círculos de la España cañí y chulesca. Dirigentes exacerbados, ya idos de madre con sus declaraciones, están insultando a los esfuerzos que se hacen para tener, por ejemplo, una atención sanitaria mejor y una calidad de vida decente.

     Ese nivel cultural que se cree santo y excelente en la educación privada, normalmente no encuentra resultados plausibles en la sociedad, son una rémora porque acotan sus propios círculos y desprecian al joven que se ha educado en las escuelas y las universidades públicas.

     Me pregunto el porqué estos colectivos no asumen la importancia que tiene el respeto en la vida. Creo que les viene todo de cuna, de esos tutores que ya veían al humilde como un pispajo que no merecía consideración. Los hijos lo vieron y actuaron igual,... y claro, todos los vemos en "El Partenón " del Congreso.

     Lo triste de todo esto es que no solo es un grupo, es un colectivo muy grande que invade las instituciones e intenta romper los buenos modales.

     La gente sencilla, que somos muchos, y que nos educaron de otra manera, sentimos vergüenza ajena cuando vemos esas demostraciones que no cuadran con nuestros principios,... nos sentimos incómodos y abrumados,... ¡ qué le vamos hacer !

    Después de todo, lo sagrado es el respeto,... por si queremos hacer cosas.

     Chavierín.