Cuando escuchaba las sesiones en el congreso de los Diputados se me encogía la neurona que calibra " la vergüenza ajena ". La cantidad de insultos e improperios inmisericordes que lanzaba la bancada conservadora contra las autoridades del Gobierno eran difíciles de digerir. Unos señores encorsetados de la España cañí, de barrios bien, rompían todos los fundamentos del respeto con insultos, en cambio, los pobres "diablos de la izquierda " señalados y despreciados, asimilaban mejor el saber estar,... el respeto habitaba en su forma de entender la vida.
Era muy frustrante ver cómo a una señora responsable de prestigio, como la ministra de economía Nadia Calviño, de reconocimiento internacional, la querían masacrar como si hablaran con una escoba. Cuando no se sabe valorar a la persona, y más a lo que representa, estamos destruyendo las costuras de la sensatez. Cuando a las personas mayores se las trata sin ningún respeto ocurre lo mismo.
Igual es porque nos educaron para respetar en exceso a las personas de oficios sabios,... puede ser, o porque se tenía un estatus inferior que te hacía sentir de menos ante tanto talento, pero el respeto al médico del pueblo, al maestro, al cura y el miedo a los amos de las casas bien, hay que reconocer, que te imponían una conducta que se sería duradera a lo largo de tu vida. Al cirujano que te opera lo ves con un respeto especial porque tiene el timbal de tu vida en sus manos y porque le reconoces unos esfuerzos de estudios dignos de encomio,... el mundo de estudios superiores de universidad y educación siempre han tenido un trato de reconocimiento porque se han ganado los méritos,... era la ilusión de ese padre luchador de la posguerra para dar lo mejor a sus hijos,... eso conllevaba el reconocimiento para sus hijos.
Recuerdo que en mi antigua empresa teníamos un doctor reverenciado por la atención exquisita que nos daba. Al cambiar de empresa a este doctor le dieron un trato como si fuera uno más, a granel,... esto me costó entenderlo. Cuando se tuvieron que exiliar, a Franco no le importó que grandes investigadores, escritores, e.t.c. tuvieran que abandonar el país para salvar su vida,... lo mismo en las ejecuciones sumarísimas,... no les importaban esos méritos, le tenían pánico a la cultura,... como hoy en día.
Ahora estamos viviendo unos momentos donde la educación y el respeto de los que nos quieren dirigir brilla por su ausencia. Políticos de medio pelo, vestidos de color verde, nos quieren gobernar faltando el respeto a la ciencia, a la educación, porque se lo dice sus creencias de cuartel. Sus condiciones impuestas para gobernar en varias comunidades autónomas fuera del sentido común, son buena muestra de ello.
Los principios, el respeto y la educación son la base en todas las sociedades decentes del mundo. También se pide, de paso, que los dignos de renombre y sapiencia sean los más ejemplares,... a veces te frustras porque no hacen lo correcto.
Por lo visto más de uno hizo pirola en la escuela.
Chavierín.
¡Genial muy bien redactado artículo! Transmites que te crees lo que dices.
ResponderEliminarJusto lo contrario de lo que hacen los políticos que tú comentas.
Como diría el maestro Lope de Vega, "Obras son amores y no buenas razones".
La ultraderecha y gran parte de la derecha andan muy faltos de lo uno y de lo otro.
¡Qué penica!
Saludos. Me ha gustado la entrada.
JL
Agradecido por el comentario, José Luis, Saludos.
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