domingo, 2 de junio de 2024

CLAVOS DE ENTACONAR

          Más de una vez, este escribidor, en orden de obediencia a su padre, iba a la tienda de la Basi de Palomo a comprar un cucurucho de clavos de entaconar para remendar los arreos de las caballerías y para asegurar el buen caminar de las albarcas del agricultor. El remedio aseguraba la duración de los útiles de trabajo y se erigía como ejemplo de auxilio en las casas de los labradores,... eran pequeños y de agarre fuerte,... y de color negro.

     Pues sí, esta es mi presentación una vez pagado el material con suficiente honra, para poder presentar esta simbología en las reflexiones del periodista Idafe Martín Pérez en sus escritos en el País.

     Idafe es un periodista investigador de los mundos oscuros de la derecha, que actúa así, por la obsesión que tienen estos colectivos por romper las democracias. Hace unos días escribió un artículo sobre Milei, Aznar, Jiménez Losantos y la internacional reaccionaria, donde nos explicaba con claridad, los nexos españoles con ese mundo oscuro. En el último artículo, el Huevo de la Serpiente, H. Serpiente,  escrito en el País, nos ofrece un trabajo de pedagogía para poder entender lo que está ocurriendo en España y en Europa con la llegada de la ultraderecha.

     Explica con certeza, cómo llegó el pensamiento nazi a Alemania, el Huevo de la Serpiente, y cómo después de tantos muertos en Europa en las dos guerras mundiales por esta forma de pensar, se extirpó este ideario de Europa, pero no en España, porque estuvimos viviendo cuarenta años con la dictadura. Una vez nos integramos a Europa, se vivió una alegría moderna, pero con la llegada de nuevo de la extrema derecha al parlamento español y a europeo, el huevo de serpiente de las camisas pardas, se empieza a remover.

     Los que tenemos unos años y escuchamos los relatos de los que sufrieron  persecución, nos indigna este retorno a esa forma de pensar,... sería lo último que nos podríamos encontrar. Por eso es bueno que los analistas políticos vayan muchas veces a la tienda de la Basi a comprar clavos de entaconar, para reforzar y hacer pedagogía para que la gente pueda entender cómo se mueven estos colectivos, y obrar en consecuencia.

     Es muy penoso que quieran reconstruir esos llantos y sufrimientos como si esto fuera un juego de niños.

     Los últimos de la escuela no pueden gobernar el mundo.

     El tiempo que nos toca vivir.

     Chavierín.

     

      

2 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho tu artículo de hoy y la similitudes que presentas creo que tienen un encaje perfecto en la situación actual.
    Resulta que ahora a la derecha no le gustan los enfoques de la Unión Europea.
    Vaya hombre esa lección ya la tenemos aprendida. Si no les dan la razón se revuelven contra las instituciones. No aguantan no gobernar aunque no tengan suficientes votos para ello.
    Buena crónica la de esta semana, Javier.
    ¡Abrazos!

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  2. Ahí estamos, José Luis, seguiremos, un abrazo.

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