En esta tierra nuestra que nos pertenece, al final de la pandemia, estamos descubriendo nuestra idiosincrasia, nuestra manera de actuar en los momentos de pánico y dolor,... somos honorables.
Los restos del naufragio han dejado en la orilla una buena actitud ante el dolor colectivo, un buen servicio ante la adversidad del mundo sanitario, y una conducta impecable de la ciudadanía durante el encierro y la campaña de vacunación. En este asalto lo lamentable fue el fallecimiento de muchas personas que no pudieron aguantar la enfermedad, y por eso nos sentimos frustrados,... la experiencia está resultando muy dura, porque queramos o no, tanto fallecimiento nos impresiona.
... unas redes de pesca para aguantar....
Ante tanta urgencia, el que estuvo al frente, fue al ciudadano servil y competente en el mundo de la sanidad y los servicios puntuales. Mantuvo el tipo y luchó en primera fila para que a la población no les faltara de nada. Se mentalizó y vio la urgencia de la necesidad de una forma altruista porque se lo pedían sus convencimientos,... el pueblo llano....
¿ Y de la farándula qué diría yo? recuerdo a las iglesias cerradas a cal y canto y los curas escondidos ante tanto apremio, la ayuda cristiana en la pandemia, no iba con ellos. Y de las monjitas de los conventos rezando sin parar, encerradas en puertas con mirilla, ¿ qué diría yo ?, y de los centros de atención primaria que hicieron del lugar de trabajo su castillo de defensa donde te atendían a veinte metros de distancia, ¿ qué diría yo ?,... todos se volvieron egoístas,... la medicina en el campo de batalla, no iba con ellos.
No quiero hablar de los despropósitos del mundo político y de la prensa conservadora, que demostró una conducta y un no saber estar, que a los ciudadanos de bien, todavía nos escuece,... es un resto del naufragio muy demencial. Y nos queda la delincuencia y los comisionados de abusos al albur de la pandemia, se rieron de la buena fe de la urgencia para hacer fortuna. En el jardín de "la libertad", se encuentran las investigaciones y la cárcel de Soto del Real,... muy lamentable,... las ratas del naufragio.
Y al hilo de la conducta tengo que decir, que esos 2850 títulos nobiliarios que campan por el país como adorno ancestral, y que están estos días de moda, no se les vio opinar ni ayudar,... eso lo tenían que hacer los lacayos,... como siempre.
Los ciudadanos de bien,... los que apreciamos a nuestro país.
Con respeto.... esos fueron los restos del naufragio.
Chavierín.
Análisis muy lúcido y certero de las vicisitudes que nos tocó pasar con motivo de la pandemia.
ResponderEliminarY con un lenguaje claro y poético a la vez.
¡Te vas superando, D. Javier!
¡Enhorabuena!