miércoles, 27 de octubre de 2010

EL MERCADER DE VENECIA


Antiguamente, los mercaderes italianos, surcaban los mares en busca de mercancias exóticas, siendo pionera, dentro de la historia, la familia veneciana de los Polo, destacando Niccolo y Matteo, padre y tío del ínclito Marco, al cual, a los diecisiete años llevaron a Bagdad, al golfo pérsico, Asia central y China,... hasta Pekín, permaneciendo al servicio del Khan.

Recorrió los bastos territorios chinos, llegando a ser nombrado gobernador de la provincia de Yan Chou con mucha influencia política. Después de veinte años regresó navegando por el mar de China, Indonesia, Ceilán, la India y Persia hasta llegar a Venecia, trayendo consigo mercancías valiosas y desconocidas en Occidente, además de los famosos relatos de costumbres de aquellos países.

Marco Polo fue pionero en la aventura y animó a los europeos de entonces a conocer nuevos mundos, plasmando sus correrías en el libro que escribió, a su dictado, el compañero de prisión, Rusticello de Pisa, titulado, El libro de las Maravillas y que sirvió de guía para futuros navegantes.

La introducción de este artículo reflejado en las costumbres de los navegantes de esa época, me ha dado pie para preguntarme por los motivos de sus viajes, que estarían basados en la inocencia, el conocimiento y la curiosidad, amén de algún que otro estraperlo.

Hoy, setecientos años después, los occidentales seguimos viajando a esas zonas exóticas, China, la India, Asia oriental,... por curiosidad,... por turismo,... por conocer la muralla china, los grandes templos, el modo de vida, las religiones,... pero sobre todo viajamos por negocio, proclamándonos gobernadores de la mano de obra barata.

En estos países encuentran cobijo las grandes marcas mundiales aprovechando la profesionalidad de estas gentes, entregando a cambio, unos salarios míseros y ridículos.

Desgraciadamente esto funciona así, la fabricación en esos países les cuesta "3 " y la venden en los países modernos, en "Occidente", a "3333".

¡ Esto es lamentable !,... súbanles el jornal diario de 30 céntimos a un euro, y hagamos el efecto de la globalización un poco más dulce para estas personas que lo necesitan,... no todo es fabricar a cualquier precio.....y trabajemos para que los indignos, los que no tienen derecho a nada, poco a poco, vayan saliendo de la miseria.

Creo que el nuevo orden mundial tendría que corregir estos abusos.

Chavierín..

1 comentario:

  1. Echaba de menos tus acertados comentarios que, por lo general tocan temas trascendentes y a la vez cercanos a nuestra experiencia cotidiana. Respecto a la globalización "sobrevenida" creo que a medio-largo plazo, la crisis mundial que hoy vivimos, beneficiará (afortunadamente) a los países más pobres. Sin embargo, queda un largo trecho por recorrer... Un abrazo. JL

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