martes, 18 de septiembre de 2012

EN SEPTIEMBRE,....A ELIZONDO

" Los septiembres representan el final de un ciclo, preparativos para una nueva etapa  de actividades,...de deseos, de cosas nuevas, de inicio escolar;  este mes es el precursor de las invernadas, fin de un ciclo de floración y  comienzo de preparativos para otro,...un perfil de la vida misma ".

Tristorro me encontraba yo después de las fiestas del pueblo, los feriantes comenzaban ya a desmontar sus chiringuitos, las barcas, las casetas de tiro, y la tómbola de los monicos negros,  esos  que todos teníamos en casa. La euforía del baile en la plaza y los fuegos daban paso a la obligación " del día después ", tenía que ir a ayudar a mi padre a las faenas del campo, a cargar fiemo del serenau y repartirlo , en orden,  por los campos; nutrición debida, las tierras necesitaban abono natural y en aquellos años era  lo que se estilaba. Trabajo rudo e incómodo y convivencia larga con las pulgas de rigor y con alguna gallineta ciega, habitantes que quedaban después de que el rebaño se hubiera ido a la sierra para buscar pastos más frescos.
Septiembre rural y fuerte, en aquellos años, que me deparaba también la aventura del internado, contento, pero sin saber qué me encontraría allí,... y en ese mes de septiembre partía para Elizondo junto con mis compañeros en el coche del  "catalán " de la plaza de la villa, un seiscientos verde, camino de la estación de Gallur. Preparado con mi maleta, con la ropa marcada, y sin darme  cuenta de la cara de tristeza que pondrían  mis padres,...era la edad o las ganas de conocer otros lugares.
Llegada a Pamplona e imagen de la estación verdosa de la Renfe nacional y reunión de estudiantes dentro del autobús, jovencillos, con cara de susto y con cierto silencio por el destino. El puerto de Velate, zigzagueante, nos marcaba el camino para llegar a ese lugar. Y al final,... el Baztán verdoso y montañero.
Disciplina y aventura se mezclaban en mi cabeza,  el estudio y los horarios espartanos es lo que se estilaba, pero íbamos bien preparados para la disciplina. La distancia hasta la Navidad la marcaban las cartas de correos, informando a la familia de que todo iba bién y así entre charlas ,  horas de estudio y deporte pasaban los meses.
Varios años estuve retornando en septiembre a ese lugar. Encantado con el paisaje y  los pastos verdes. Observaciones largas  de las truchas del río.  Jugando en su campo y asiduo expectador, en aquellos años,  del club.d.. Baztán,...  aún hoy en día sigo su clasificación. Largas marchas a los montes cercanos , a los pueblos, visitas a los caseríos, a las minas. Los dos años en el colegio de Lecároz fueron edificantes y me supe adaptar a la vida del valle de una forma especial.
Todo esto toma parte de un trozo de la existencia,....de un septiembre, que se cruzó en mi camino.
Historias escritas y vividas, dentro de unos escenarios que hoy han desaparecido, los internados apagaron la luz por falta de uso y hoy los chiquillos, como tiene que ser,  están más con la familia.
Me imagino que aún seguirá  la panificadora del Baztán, con sus perfumes de obrador,...recuerdos de un vecino cercano del colegio de los italianos.

 Chavierín.

1 comentario:

  1. Hermosa remenbranza de tiempos pasados. Tiempos en los que la tristeza de la partida hacia otros "mundos" se compensaba con la alegría del regreso. Al mirar hacia atrás con la perspectiva de los años pasados, debemos hacer balance positivo de esas experiencias y de todos los aprendizajes que conllevaron. En tu caso, uno básico y fundamental: la pasión por la música al aprender a tañer la guitarra. Gracias a todo ello podemos entender e interpretar mejor lo que nos acontece tanto en el plano social como en el más íntimo y personal.
    Decididamente, Javier, para mi gusto, en este formato, mezcla de recuerdos y reflexiones, es donde mejor se manifiesta tu acreditada capacidad como escritor. Un abrazo. José Luis

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