lunes, 14 de agosto de 2017

EN LA GARITA CON RAJOY


          " Porque decidió estar ahí,... en los alberos, en las plazas públicas de observancia,... porque quiso conquistar  la colina con tropas poco recomendables"

     El que escribe es un señor de su edad, tres semanas mayor que usted, con cierta formación en los colegios públicos e internados, con cierta visión y rebeldía y amante del sentido común y la discreción, por eso, como quinto suyo que soy y que un día tomó el tren para servir a la patria como usted, me permito ciertos análisis de su periplo político en la Hispania porque da la sensación de que  no se ha aprendido bien el santo y seña de la sensatez del cuerpo de guardia.

     ....."Libertad sin ira,.... libertad,.... Sr. Rajoy.....

    De ascendencia le viene el gusanillo político, lo vivió en su casa desde jovencillo, tradición y postulados anticos de obediencia ancestral y curia, curtieron su formación para sentarse en los primeros bancos de su partido y esperar con el dedo en alto la llamada del profesor. Con esta aptitud, el hombre de la casa, educado, pronto fue ascendiendo en su partido recorriendo varias etapas, llenando su uniforme con galones y estrellas, hasta llegar a ser ministro y, en la cumbre de la colina, presidente del gobierno.

     Este escribidor nada tiene contra los planteamientos personales, cada uno, para llegar a  sus caminos de vida y subsistencia, elige lo que a bien tiene menester, y usted, en su caso, eligió la senda política, la del orden y el concierto tradicional en un partido conservador. 
    Lleva usted en la política los mismos años que yo en la empresa privada,.... cerca de cuarenta años, es de los últimos de Filipinas, el que mantiene el nombre y el renombre de su partido porque la mayoría de sus compañeros de aventura lo abandonaron por el cansancio, la edad o por otras circunstancias.
    Usted es el político de cuadro de escalera y salón de palacete, para enseñar por los tiempos a los grupos de turistas que tendrán cierta curiosidad en su persona, es un político con verbo fácil y socarrón, es un chowmen delegado, el hablador de su partido en los grandes encuentros en el congreso, pero no es el ideólogo, es el coordinador  de las ideas que ciertos estamentos, económicos o eclesiales  quieren que ponga en prácticas, es como un funcionario de nivel alto, aventajado, empleado en estas lides.

     Y como estamos los dos solos, aquí en la garita de guardia, le puedo decir en confianza, que yo a usted le tengo como una persona diplomática, educada, de familia con buena formación, incapaz de delinquir, que se indigna cuando le acusan de algún desvarío,.... y es por lo que me pregunto, con el porte y el convencimiento que tienes,  ---- ¿ Que haces aquí, Mariano, comandando a este grupo político con tanta presunta delincuencia y no te vas a descansar a tu casa ?,... Puedo pensar que la llamada de la zarza para que salves la tradición en la Hispania es fuerte y poderosa, porque sino, no se entiende que sigas comandando este grupo tan poco ejemplar.

     Quiero creer que estás de acuerdo con mis reflexiones, y que lo vas a pensar mejor, porque no me cabe en la cabeza, que seas cómplice de sus zaragatas,... al menos, por ahora, tu compañero de garita no te quita el porte y la distinción.

      ¡ Tienes que abandonar a esos compañeros de partido, Mariano !,... piensa en tu hoja de servicios.

      ¡ Vamos a echarnos un cigarrico !.... Los quintos del 55.....

     Con respeto,

     Chavierín

    

    

1 comentario:

  1. Excelente idea recurrir al símil de la mili. Y compartir -literariamente- penas y alegrías en la garita. Buen recurso para decirle las cosas de frente al amigo Mariano. Sí, es verdad, como miembros de la misma quinta podemos empatizar mejor con las ideas y comportamientos de nuestros quintos. Sin embargo me temo, Javier, que los cauces sociológicos por los que ha discurrido nuestra vida y la de Rajoy son bastante dispares. Sólo así se puede entender el empecinamiento de nuestro primer ministros en continuar erre que erre con su discurso y sus actuaciones. Por cierto, ambos muy aplaudidos por... ¡los suyos!

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