viernes, 10 de enero de 2020

ERA LO QUE HABIA QUE HACER

          Quizá es por una deformación en mi infancia por lo que tengo cierta pelusilla a la gente de casa bien,... pido disculpas,... 
     Era lo que había, ellos vivían en otro nivel,... todos teníamos que ir a buscar agua a la fuente y estos señores la tenían en casa con grifos de latón. 
     No sé, igual era por la inquina que se incrustó en mí por ser descendiente directo de los luchadores de la tierra y libertad,... no lo sé,... pero cierta sumisión de las familias sencillas observé en mis primeros años de existencia,.. por eso quedó ese aceite,... ¡no les perdono ni una !

     .... ¿ Argumente señor escribano ?....

     Estas familias de verdor y zapatos de tafilete, siempre han vivido en la peana de la procesión como mirando de soslayo al populacho. Su estatus no les permitía coincidir con las ideas del pueblo, ni comer en la misma mesa. Sus costumbres conservadas en adobos de la Guerra Civil, han llegado a estos tiempos con la misma arrogancia y sin ninguna educación.
     Cuando no son los principales de la comunidad revuelven y amedrantan hasta conseguir asquear al ciudadano. Y cuando suspenden algún examen ante el Parlamento, emplean las cadenas y la verborrea porque la Constitución les escuece.
     Muchos años llevo moviendo el pincel de la observancia, y cierto es aseverar, que este mundo conservador en España, apenas ha evolucionado. Se mantiene en la obscuridad de sus viejas convicciones, cercanas a la iglesia y a la distinción de sus fincas.
     Sus últimas actuaciones en el Congreso dan fe de mi relato, sus frustraciones han sonado a grito pelau, porque alguien con más coherencia que ellos les ha ganado la batalla.
     Los doctos han hecho bien su trabajo, las opiniones de cordura que produjeron las universidades y las escuelas, han dado sus frutos. Los esfuerzos de formación de años va ganado la batalla,... las voces disonantes que trampean con lo banal tendrán que cambiar para que la sociedad les admita.

     Presente estuve en los debates de la investidura, escuchando la razón y la sinrazón de las explicaciones. La necesidad de buscar sosiegos para solucionar los problemas de España y las rebeldías de Cataluña inundaban la urgencia, mientras, los pulcros de renombre y distinción pataleaban sin consideración,... les daba igual los problemas del país,... nos tienen acostumbrados.

    Hubo políticos que opinaron con corrección, el presidente del gobierno,... los jóvenes de izquierda,... los nacionalistas sosegados,... que debatieron con calma, dando a entender, que estas son las formas que necesita el Parlamento para llegar a acuerdos.
     Puesto que los conservadores estaban obcecados con sus postulados, no quedó más remedio que recurrir al razonamiento como forma de frenar los malos modos, y a fe que se consiguió.
Las reflexiones de Aitor Esteban y de Pablo Iglesias, sobre la inconveniencia de usar la Monarquía para sus reivindicaciones fue suficiente para hacerles recapacitar.

     ... termino...

     Nos toca ya trabajar para solucionar los problemas del país, no pongamos más trabas a esta urgencia. El nuevo gobierno necesitará tranquilidad,... era lo que había que hacer.

    Me permito felicitar en este artículo a Aitor Esteban por su forma de actuar. Con políticos así los ciudadanos nos encontramos bien.

    Chavierín.

     

        

    


      

1 comentario:

  1. ¡Chapeau! Poco más que añadir a tu certero análisis.

    El espectáculo que dieron los unos fue sabiamente neutralizado por los otros.

    ¡Genial que se transmitan públicamente y en directo los debates!

    Y estupendo que la ciudadanía disponga de suficientes recursos culturales como para valorar y juzgar con equidad tanto las verdaderas aportaciones como los más atroces desaciertos.

    Un abrazo, sr analista.

    JL

    ResponderEliminar