domingo, 18 de febrero de 2024

GRAFITTIS

           

     En Zaragoza se ve cierta destrucción en los locales de las calles, es como si los edificios vivieran en la oscuridad y los dibujos con su espíritu poblaran las calzadas de la ciudad. 

     Todo queda sin luz, sin parada y fonda. Los escaparates apagados rompen la magia de aquel observador,... la ciudad adolece. 

     La artesanía del saludo al lechero y al tendero de cuarto y mitad ya no existe, va  desapareciendo esa frescura que nos alimentaba. Cierta decadencia se nota en las calles de la ciudad del viento.

      Y no se quedan solas las calles con su tristeza, las plazas también han perdido alegría,... los árboles de ornamentación han dejado paso al cemento de encofrador, quitando sombra y sensibilidad a raudales. La visión del político actual esconde mala sombra y nulo amor por la botánica en las alamedas,... y todo por llevar la contraria al ciudadano dulce y sensiblero.

      El miedo asoma ante tanto declive. Las trabas a los carriles bici de diversión y modernidad nublan el panorama de la ciudad. El abandono inquietante del parque más bello de la ciudad, el Parque del Agua, y la dejación del centro de innovación, Etopía, reflejan una decadencia nunca vista en la ciudad.

     El aire que respiramos de cuartel en las instituciones, muy patente, hacen complicado amar a esta ciudad. El control descarado de la información en los medios de comunicación hace lamentar esta deriva.

     El último terror, impregnado de crueldad, la derogación de la Memoria Democrática, con algarabías de desprecio por los ponentes, acentúan más mi visión pesimista, para preguntarme, en qué manos estamos. No hace falta tanta humillación.

     .... disculpas finales ....

     De observancia, mi tacto siempre ha volado en la ciudad del viento. Quizá porque me voy haciendo mayor vuelva la impertinencia, pero lo que queda en la retina y adosado al corazón, lo que duele, tiene que ver con el abandono de lo bello y agradable, de esa forma de convivencia que nos hacía especiales. Hoy recorren nuestra comunidad aquellos velos negros de misal y genuflexión construidos con esa maldad rabiosa que no tiene cura.

    La rebeldía de los ojos escondidos algo nos quieren decir, muchas son las miradas  y muchos los desmanes que nos rodean,... hacemos agua.

    Con respeto....

    Chavierín.

      

     

     

4 comentarios:

  1. Está bien tu comentario, saludos.

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  2. Sus comentarios están allí, saludos.

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  3. Confirmo la decadencia de la que hablas que yo también he observado en mis paseos, idas y venidas. Un rasgo (desgraciadamente) muy característico de nuestro país.
    Ahora que suelo ir con cierta frecuencia a Londres, no puedo evitar las comparaciones: en la limpieza, las señalizaciones, los modales educados, el respeto por lo comunitario...
    Y como muy bien comentas en tu artículo, esa dejadez en el ámbito estético también se transfiere al resto de los apartados que tanto afectan a la ciudadanía.
    Bueno; por lo menos que se diga. Que quede escrito.
    Hay una gran labor pendiente de realizar
    Buen artículo de denuncia.
    Un saludo

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  4. Gracias José Luís por tus palabras,... seguiremos. Un abrazo.

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