EL PERRO LOBO
Después de tomar un refrigerio en el bar La Taurina junto a la plaza de toros, me fui a buscar al antiguo Instituto Pignatelli, hoy sede del Gobierno de Aragón, mi preciado título de C.Ó.U para guardarlo en el maletín de los actos documentados.Había pasado un tiempo desde que acabé el curso y sin saber que estaban de reformas en el edificio, abrí el portón para ir a la secretaría, pero cual no sería mi sorpresa al encontrarme de frente con un perro lobo que guardaba celosamente los materiales de la construcción. El perro lobo me miró amenazador, y abriendo con esfuerzo el portón de la fotografía, escapé hecho un manojo de nervios,... todo por mi asalto a la Bastilla,... no somos nada.
Anécdotas aparte, aquí fue donde realicé el C.Ó.U nocturno, en un edificio muy antiguo que tomó parte en la historia de la ciudad de Zaragoza. Desde el siglo XVII. fue la Casa de la Misericordia porque en aquellos años había mucha pobreza por las calles, Hospital Militar en la Guerra de Independencia, Hospicio y lugar donde se enseñaban los oficios populares. Este edificio tuvo esas funciones, hasta que, en los tiempos modernos, lo dejaron como el Instituto Mixto nº 4 de Bachillerato Ramón Pignatelli hasta los años noventa. Hay que decir que allí impartieron su sabiduría gente de renombre que fue muy importante para la ciudad, como el señor Pignatelli.
Me agrada el haber tomado parte del recorrido histórico de este edificio, de haber ocupado un pupitre que igual lo empleó un ciudadano de la Guerra de la Independencia o un jovencillo dejado de la mano de sus padres. Si este pupitre les sirvió para centrar sus mentes y darles serenidad, bienvenido sea el recuerdo.
Conseguí el diploma del título en un instituto del Coso Bajo y lo guardo en el lugar de los méritos para que un día, si quiere, los vea mi nieto porque a mis años, a estas cosas, apenas les doy importancia.
Después de acabar el C.O.U tuve la osadía de presentarme al acceso a la universidad en el edificio de Filosofía, me sentía bien, pero suspendí porque este "filósofo ", no se preparó bien la selectividad, no estaba pasando buen momento emocional por la muerte de mi madre y este abandono tuvo esas consecuencias.
Y me dediqué al trabajo, al mundo laboral en las grandes superficies, hasta que la jubilación me mandó a descansar.
Y aquí acaba mi pequeño "riachuelo de la vida " con los libros y la sabiduría.
No me arrepiento de nada de lo que hice, en ese momento consideré que tenía que actuar así y no hay que darle más vueltas,... así es la vida.
Igual en otro planeta tengo una segunda oportunidad.
Con respeto.
Chavierín.
Hay que ver qué recovecos tiene la memoria. No conocía la anécdota del perro lobo. De críos nos daban pavor.
ResponderEliminarOye, se me ha hecho corto este capítulo de los ríos de la vida. Pero bueno, entiendo que, a veces la pluma, tiene sus propios dictados.
¡A pasar buen verano!
Te deseo lo mismo José Luis, que pases buen verano y gracias por tu comentario. Un abrazo.
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