martes, 14 de junio de 2011

EN LA PUERTA DEL SOL


Esta vez quiero descansar,... voy a dejar de comentar las historias de la actualidad, la crisis, los políticos, la justicia, los chicos del 15-M,... y más y más,... y me voy a acompañar a mi amigo Antolín y a su burrillo, por las calles del viejo Madrid,... de puerta en puerta, para ayudarle  a transportar los cántaros de agua por las distintas haciendas.
Este oficio es de tiempos lejanos y se empleaba en las casonas para llevar agua, por eso mi amigo Antolín, por circunstancias que él mismo no sabe explicar, me dice, que nació entre cantarillos y cazuelas y que lo heredó de un tío- abuelo que lo adoptó.
Dice que es feliz yendo y viniendo a la fuente de la ciudad más famosa de la época, la capital del reino, de donde dicen que sus dominios eran tan grandes que no se ponía el sol. Comenta que es una ciudad viva, con mucho bullicio, llena de carros de caballerías y cientos de paisanos ataviados con gorros y camisas de lino blanco. 
Ten en cuenta, me decía, que trabajo en la ciudad de los escritores y poetas, del maestro Cervantes, de Lope de Vega, de Calderón, de Góngora,... de gente con gran afición por el teatro y la música y amantes de la buena cocina en las cantinas, pero donde más disfrutaba era en su mundo, en la fuente, esperando su turno. 
Comentaba que la fuente se convierte en centro neurálgico de la vida diaria, que el clero aprovecha el gentío para montar  púlpitos y predicar sus doctrinas con ciertas amenazas,... que puedes ver a los oracioneros, personas ciegas rezando y contando historias para ganarse la vida. 
Como verás, está la fuente rodeada de grupos de soldados de los grandes duques de Lerma y Osuna preparados para la guerra en Flandes e Italia,... todas las cantinas están repletas de soldadesca venida de otros países, y por eso, aprendes cosas de otros lugares. 
La fuente, decía, es un escenario donde se habla de intrigas, de amores, de literatura, de teatro y de lo que acontece en el imperio. 
Después de corroborar lo que me decía Antolín, lo acompañé hasta su casa y, de vuelta, me perdí por las callejuelas de candiles y misterio. 
Nuestra cultura, nuestra historia es inmensa. Dejemos de lado la PRIMA-RIESGO y la INOPERANCIA y pongamos en el centro nuestra gran historia e ingenio, donde siempre hemos estado. Emociona la capacidad que tenemos para llegar a la última verdad,... con la razón,... por el bien de todos.

En la Puerta del Sol siempre se han curtido bellas historias.

Chavierín también sirvió en los tercios del Goloso.

1 comentario:

  1. Magnífico cuadro el que pintas en tu relato. Como si se tratara de una composición pictórica múltiples matices y delicadas pinceladas recrean el ambiente de los siglos XVI y XVII. Una fina melancolía destila toda tu exposición. Tienes que tirar más de ese hilo literario porque puedes ofrecer magníficos y frescos retazos de nuestra historia común perdidos ya en el olvido. Un abrazo y a ver cuando tomamos esa caña-comienzo de verano. José Luis

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