Bella referencia al gran sueño americano del presidente Obama, desde los orígenes, cuando se creó esa gran promesa para formar un gran estado partiendo del derecho a la libertad individual y a la dignidad de la persona.
Referencia expuesta en el discurso de investidura del siete de noviembre, donde puso sobre la mesa grandes dosis de esperanza y patriotismo y donde rememoró los esfuerzos de antaño como ejemplo de lo que son capaces de hacer.
Le dio importancia extrema a la educación, como futuro de un país; tranquilizó a los emigrantes, se tomó en serio el trabajar por el medio ambiente, se implicó en el proyecto de sanidad para todos, y en el control del déficit público,... en definitiva, consiguió emocionar e ilusionar a los ciudadanos.
Me viene a la memoria mis tiempos del cine a las tres, en ese pueblo de la montaña, dónde conocimos el paisaje, la vida y la historia del país americano,... enorme, lleno de contrastes,... de paisajes,.... de poderío,... también con carencias puntuales causadas por el liberalismo económico, pero, que hoy en día, con su nueva visión política y social, empieza a arropar a las clases más desfavorecidas.
Son cerca de trescientos millones de habitantes, encuadrados en cincuenta estados, todos bien avenidos y comprometidos con su país y donde abundan las leyes disciplinarias, de compromiso, de conducta, donde está muy penado engañar al erario público, al estado.... al honor de las personas,... a la sociedad. Son muchos, pero con unas normas de convivencia que hace que todo funcione, en definitiva, la justicia marca los tiempos,... ¡ como tiene que ser.!.
Vuelvo de allí y comienzo a montar la carpa del circo de mi país, de mi querida España,... de sus dirigentes,... en una plaza pública, con gran gentío de paso, con gritos y desánimo, para contar y exponer que estamos perdiendo la ilusión por mi país,... que lo bueno que tenemos con la sanidad lo estamos perdiendo, que este gobierno no concibe a la educación como base de futuro, que controlar el déficit es destruir miles de puestos de trabajo, que ciertas comunidades no quieren a las otras como compañeras de viaje.
Me da envidia el sueño americano,... de solidaridad,... de esperanza,... de quitar fronteras, de ir todos a una. Aquí estamos pendientes de otros asuntos, de los fundamentos de la iglesia profunda, del neoliberalismo agresivo, de la identidad, y no tenemos agallas para sentarnos en la mesa y arreglar entre todos el país.
Seguimos inmersos en la incertidumbre y en el desánimo y se vislumbra cierto cansancio.
Ir contracorriente del sentido común es iniciar el viaje a ninguna parte.
Chavierín.
¡Gran país los Estados Unidos! y muchas cosas son las que tenemos que aprender de ellos. Con sus aciertos y sus errores, han conseguido generar un ideal común entre sus ciudadanos y que todos se sientan orgullosos de sus líderes y sus instituciones.
ResponderEliminarNaturalmente, a nosotros nos pesa mucho nuestra historia y es evidente el desapego hacia los políticos y los estamentos oficiales porque no nos ofrecen soluciones. Sin embargo yo confío en las nuevas generaciones, más formadas, más cultas y con mejor preparación. Va a ser cuestión de tiempo que nuestros jóvenes vayan aupándose a puestos de responsabilidad para cambiar y mejorar este panorama tan desolador que ahora contemplamos. Un abrazo. JL