Cercano me encuentro de las Alpujarras, en el lugar de las Mil y una Noches, en los campos del Al-Andalus, en el jardín del arte musulmán, en la Alhambra de Granada, escuchando cerca del fogón los relatos de Doña Antonia, de Mateo Jiménez y de Doña Rosa la Coquina, habitantes todos, allá por la mitad del siglo diecinueve, de los caserones ruinosos del palacio.
La "invitación " me la dio hace unos días, el insigne escritor americano Washinton Irving, enamorado de la cultura hispánica, para que le acompañara en su encuentro con los vecinos de la Alhambra y, de paso, para que fuera notario de sus costumbres y tradiciones.
"Balcones, fuentes, torreones, jardines, romances, narraciones, ",... allí estuvimos rodeados de exquisitez oriental, de velos y murmullos de fuentes, recorriendo ensimismados las estancias un poco deterioradas por el abandono de aquellos años, pero maravillados con las leyendas y cuentos que guardaban los habitantes del lugar.
Tomaba notas y me hablaba el sr. Irving del carácter de esas gentes, con una sensibilidad especial, amantes del arte, de la luz, de la música, del paisaje, de la tranquilidad, y con una pasión oriental por narrar cuentos y leyendas, entendible también, por ser costumbre de esa época, el narrar historias de viajeros y contrabandistas a la luz de la candela.
Allí nos contaron historias de truhanes, de Boabdil el Chico, de la Torre de las Infantas, del Peregrino del Amor, del Paje y el Amor, de las Tres Hermosas Princesas, del Legado del Moro,... y más,... y más leyendas que acentuaban ese embrujo amasado durante la dominación oriental.
Con placidez pasábamos las horas en tertulias identificándote más con su tranquilidad y forma de ser, gentes sencillas, sin ninguna maldad, que vivían en el mundo de la fantasía dando rienda suelta a su tradición.
Esto fue así y así se quedó en los hatillos, el gusto por los relatos y por los " cuentos de verdad " , vivencias de una España auténtica, que no se merece ninguna manipulación.
Y después impongo mi versión sobre las realidades, mal llamadas por algunos," cuentos ".
Los oligarcas de turno nos quieren hacer comulgar con ruedas de molino con la manipulación de los hechos y nos quieren apartar con ademanes despóticos.
...... Erase una vez ....
-¿ Quién tiene interés en amedrentar el sistema de pensiones ?,... el búho del desierto dice, que las casas aseguradoras.
-¿ Quién tiene interés en privatizar la sanidad ?,... la lechuza de la torre dice, que las empresas sanitarias privadas para especular.
-¿ Quién es el que manda, el gobierno de turno o los gabinetes de sabios ?,... el cuervo de la Medina dice, que los cuatro espabilados de los despachos.
-¿ Tienen los empresarios cierta seriedad o tienen cierta tendencia a retornar al medioevo ?,... los perros con sus pulgas dicen que en esas estamos.
-¿ Retornaremos a los tiempos del palio y el macoco ?,... ¡ intentos aylos, amigo Moisés !,... no pueden parar.
Y báculo en mano y con su pequeña flauta pastoril ....
Perturbado está Chavierín por estas realidades .
La lectura de los Cuentos de la Alhambra, me han hecho reflexionar y establecer, a mi parecer, unos ciertos contrastes.
Que nada ni nadie intente cambiar nuestra visión de las cosas porque los ciudadanos de este país nos merecemos mucho respeto y atención,... categoría nos sobra.
Me voy corriendo con la jaula de mi mochuelo a ver las estrellas,... nos toca astrología oriental.
Chavierín.
Magnífico engarce de la lectura de los cuentos de la Alhambra con los cuentos que nos quieren vender ahora. Y sabias y refinadas palabras de denuncia de muchas situaciones que se quieren implantar.
ResponderEliminarDe nuevo das en el clavo, amigo Javier, con tus reflexiones.
¡Hacen falta en este país comentaristas juiciosos como tú! y desgraciadamente no es que abunden mucho por las columnas de nuestros periódicos. Así que, sigamos escribiendo y dando nuestra opinión sobre las cuestiones que importan. Lo escrito no cae en saco roto. Seguro que, en algo, contribuimos a crear un estado de opinión, a mejorar las cosas...
Un abrazo. JL