domingo, 5 de octubre de 2014

LA CONDESCENDENCIA Y EL BULEVAR DE LOS SUEÑOS ROTOS

Cuando ante un problema aparecen los malos modos, es justo y necesario el pararse a meditar ante la mesa de la sabiduría, para  analizar y recriminar, si viene el caso, del porqué de estas agresividades,... la convivencia es sagrada.

Y con el prefacio hecho, argumentaré:

Ante la prohibición en la villa de Zaragoza de circular con las bicis por zonas peatonales, el ambiente entre tirios y troyanos está enrarecido. El hombre "sabio " de a pie no ve con buenos ojos que esas máquinas infernales invadan su bulevar de los sueños, y en contra los ciclistas dicen que los tiempos han cambiado y que todos tienen derecho a circular. Al final una rara ley" conservadora " se ha impuesto y los alegres caminantes vivirán solos, como querían,... como en el siglo XVIII,... hilando bajo el sol y jugando a la gallina ciega. 
Para mucha gente el acercarse con este medio de transporte para saborear la ciudad, despacio, son momentos maravillosos, para otros, molestias que hay que erradicar.
Para agraciar el tema, he tirado de la sapiencia de la Real Academia de la Lengua y he tomado prestado la palabra condescendencia para interpretar " un poco " estos problemas de convivencia.

Me dicen que esta palabra significa, en un buen sentido, el deseo de complacer y dar gusto a la voluntad del otro, tratando de comprender sus sentimientos.
En el caso que nos ocupa, los ciudadanos de a pie, opinan que se sienten incomodados por el empleo de este medio de transporte, y que ni por asomo, cederán un ápice en su intransigencia.
Ciudadanos varios, pero sobre todos los mayores, son los que más han levantado la voz denostando esta actividad.

Cabreos y malos modos, insultos y comentarios de cerrazón, adornan sus conversaciones sentados en las terrazas del "todo solucionado ".

Y mientras tanto las mentes despiertas contratacan para opinar y  exponen:

"Srs, mayores, mimados y respetados, nadie les ha echado en cara el porqué, en esta ciudad, muchos de ustedes no pagan billete en los medios de transporte, o el porqué tenemos que subvencionar sus vacaciones del Imserso,... o los viajes a los balnearios, o el mantenimiento de sus hogares del jubilado ",... y podrían poner más y más ejemplos de complacencia y atenciones,... de cuidados,... de residencias, de,... pero no hace falta, sólo queremos que comprendan un poco la situación, que dejen disfrutar a las personas de esta actividad y, que sobre todo,  no recriminen cada cosa que hacen los jóvenes, porque ya tienen bastante con estar vilipendiados y dejados de la mano de Dios, de la de los políticos y la de los empresarios.
  Cedan un poco e intenten comprender que son otros tiempos, que todo está montado así y que ustedes, dentro del desorden, que creen que hay, son unos afortunados.

Hace dos mil años, el romano Publio Terencio decía que la condescendencia crea amigos y que la verdad, en este caso con normas obscuras, sólo produce odio y malos royos,... y así ha ocurrido.

Sentido común, educación, empatía, magnanimidad, ceder un poco, son los ingredientes que pueden aderezar este desaguisado.

Nada, que se quedan otra vez los bulevares con los sueños rotos. 


Aquí, en esta ciudad, se destruyen muy a menudo las ilusiones, y en este caso, el boom de la bicicleta,... una pena.

Chavierín.

  

2 comentarios:

  1. BUEN ARTICULO JAVIER,,TODO ES CUESTION DE EDUCACION Y SABER ESTAR POR PARTE DE TODOS CICLISTAS Y VIANDANTES LO QUE ESTA CLARO QUE VA MUCHA GENTE EN BICI SOBRE TODO JOVENES QUE LES VA MUY BIEN POR MUCHAS RAZONES NO HAN DADO TIEMPO A QUE NOS ACOSTUMBREMOS TODOS CONVIVIR CON ELLAS PORQUE ES CUESTION DE TIEMPO SIEMPRE EXISTE EL QUE RESPETA MENOS POR UNOS POCOS NO SE PUEDE QUITAR ESTE SERVICIO QUE ES BUENO PARA TODOS ESPERO QUE REFLEXIONEN Y CAMBIEN BESICOS CHERMINITA

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  2. Siempre hemos sido bicicleteros y, por tanto, conocemos bien la máquina y su uso. Cierto es que, de niños, no siempre fuimos modélicos (recuerda el avión-bicicleta que estrellamos en la Plaza de la Villa). Sin embargo ya de más mayores siempre hemos tenido claro el derecho de los peatones a circular con seguridad por las aceras. Y así nos hemos conducido siempre: tratando de compaginar la afición de unos con las razones de los otros. Y eso es lo que creo que ha pasado: que por unos pocos incívicos se ha aplicado el mismo rasero al resto.
    Como tú dices, una pena. No tiene nada que ver circular en bici con la seguridad de la baldosa que hacerlo por el asfalto cuajado de peligrosos vehículos a motor.
    Un abrazo. Buen artículo. José Luis

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