jueves, 23 de abril de 2015

GRANDES HOMBRES DE UNCASTIELLO

     Cuando la naturaleza impone la medida del ciclo vital, quedan en los rescoldos de su tránsito, las conductas y aptitudes de las personas que nacieron allá por los años veinte en Uncastillo y que van llegando a su meta en estos últimos tiempos, mujeres y hombres que se criaron en el pueblo, y que poco a poco van llenando el lugar de nuestros recuerdos con pena y resignación.

     Muchas veces desde la distancia suelo volver atrás e intento atrapar los rostros de esas personas que tomaron parte de mi devenir diario, desde pequeñín, por las calles y rincones del pueblo, recordando con cierta melancolía la vida sencilla que llevaban,... sus rostros quedaron gravados en mi memoria. Y cuando cada cierto tiempo aparezco por ese lugar, los caras que quedan, me observan, y me dicen en silencio que yo también tomé parte de su existencia.

     Pocas vidas quedan ya de esa generación,... todos se van marchando,... sin hacer ruido, pero con mucho reconocimiento y admiración, porque fuimos testigos de su esfuerzo por las duras circunstancias que les toco vivir.
     Vinieron al mundo en épocas complicadas de conciencia y necesidad,... de escasez, de empeño para buscar el pan,... sólo querían eso,... les habían enseñado que también eran hijos de Dios.
     Vivas manos de calarión llenaron sus mentes de inteligencia y de saber estar, para suplicar con educación sus necesidades,... pero no fueron comprendidos y se encontraron de repente con las tristezas. En este ambiente les tocó vivir, entre silencios y miradas esquivas,... pero sabían que tenían que seguir y organizar su vida,.... su familia, trabajando duro, aunque para ello, muchos, tuvieran que abandonar sus lugar de origen con cierto dolor.

..... tendremos que aprender....

     Eran decididos, por costumbre y por experiencia. Desde jóvenes les había tocado conocer el horror de la guerra, el llanto, la disciplina, y por eso, no se les ponía nada por delante,... sólo querían vivir en paz y con dignidad.
     Aprendieron a odiar la violencia y a amar la convivencia e, hicieron lo imposible, para que sus hijos crecieran lejos de las tristezas,.... conocían la diferencia entre el bien y el mal.

     Se nos va marchando una generación especial,... sabia, de hombres y mujeres discretos, que trabajaron duro,... cuidando sus casas,... labrando los campos,... subiendo a San Cristóbal,... 
Se emocionaron con su pueblo,... escucharon las campanas,... y también rondaron y,... rieron, porque supieron olvidar a tiempo los sufrimientos.

     Se van, pero nos dejan unos recuerdos delicados,.... de bondad,.... de cariño,...  privilegios que tuvimos y que forjaron con su particular forma de ser, para que los empleemos en construir una sociedad mejor.

     Eso nos dejaron

     Con emoción escribo esta carta

     Chavierín

   

* Quizá haría falta una conferencia de alabanzas de esta generación 

3 comentarios:

  1. Una semblanza sincera y acertada por tu parte, Javier. Héroes anónimos, campeones de la virtud, el trabajo y la austeridad...
    ¡Va por nuestros padres!

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  2. Bonito recuerdo para nuestros mayores que se van.

    Un abrazo Jose Luis

    Herminia.

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  3. Gracias Javier, por lo que escribes y sobre todo porque se que lo sientes así.
    Hemos tenido buenos maestros en esto la vida.
    Desde Leganes un abrazo.

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