jueves, 11 de junio de 2015

UN RAMO DE ESPLIEGO EN ALPARTIR

     El retorno al alma,... al corazón, a mi misión encomendada por la natura desde estas laderas, como encargo divino, para alimentar a los duendes alados que necesitan de mí en la época de las flores,... entre alturas y roquedales,... en silencio,... mimando a las especies.
     
---- La clave y la distinción me la he ganado yo, como ciudadana del mundo en mi aula de las plantas, porque sé como soy, y porque siempre me he considerado buena inquilina ante los ojos que admiran mi porte,... arbusto hermoso con espigas largas,... sin abuela, y acostumbrada a hacer compañía.
     ----Y por eso, cuando llegan los momentos de la ornamentación, se acuerdan de mí y me colocan en los lugares de escenario, como juez y parte, para dar vida y belleza a sus rincones del alma.

     ----Y aquí me encuentro hoy con mi destino en una casa de Alpartir, dando duende a la habitación moruna, contratada y creando ambiente cerca de la ventanica del cierzo y haciendo compañía a los detalles que tiene a bien exponer la inquilina.

    ---- Esta es mi vida....y este es mi rincón

     Al abrigo de un anciano espejo protector, cuelgan bolsos de época, portadores en otrora, de prendas y prebendas de las primeras moradoras, " cestillos " en desuso, pero que representan a los abalorios de vida de una familia,... y encima de la mesa de las flores, en remanso, se encuentra la foto de la primera inquilina, de trípode y flas de principios de siglo, pero muy rodeada de amor y sentimientos. El espejo placentero de mano y evocador de épocas, también yace en el ofertorio junto a unas velas y detalles anticos encontrados en los arcones,..., y yo, en mi pozalillo, como guardaespaldas, presto a hermosear sus ofrendas.

     ---- Agradecido, me sinceraré,....

     ---- Me siento feliz con mi labor porque convivo con la delicadeza y con la sensibilidad,... con ese mundo que sabe apreciar lo bello,... la natura,... el universo,... el cielo,... los recuerdos, la bondad, la convivencia, la amistad, el arte, las musas,...el amor,.... con ese mundo colaboro,... de aportes,.... de celebraciones, siempre presente en los felices detalles que les crea la existencia.

      ---- Sé, que tomo parte de los adornos de un mundo distinto, de personas especiales que repudian la maldad y que proyectan sensibilidad para hacer la vida más justa,... por eso estoy aquí,....expuesto,... y por eso te lo cuento, Javier.

    Entre duendes y poemas de las montañas de Alpartir.

    Chavierín

      

       

     

     

     

1 comentario:

  1. Me encanta de nuevo tu artículo, Javier. Y en este caso con el aroma floral del espliego...
    Dicen que el olfato discrimina muchas más sensaciones que otros órganos sensoriales. Desde luego que ambos tenemos ya la impronta imborrable del olor a espliego. Esa experiencia ha quedado grabada para siempre en nuestros cerebros.
    Un abrazo. Como tantas veces te he comentado, creo que este es el estilo literario que más te cuadra ¡Esta entrada está bordada!

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