Emplearé para ello, en la placidez, esas imágenes de pueblos y aldeas que conforman nuestra forma de vida, de estancia, camino de los tiempos, y que se mantienen en silencio con su luz y tranquilidad, rodeados siempre, de la luna y las estrellas.
Como principio, traeré a mi memoria esos momentos de plaza en el banquil,... de patio de frisel,... de balcón de begonias, de encuentros y abrazos con nuestros mayores,... del deseo de estar,... como con ellos,...
Y el ánimo,... ¡¡¡ Cuánto daría por estar juntos en estas fechas,... y celebrar,... y abrazar de nuevo !!!,... pero no puede ser, porque la mayoría ya no están....
.... pero me conformo con mi imaginación venturosa....
Y porto, para empezar, esa expresión de cara alegre de cuando las esperas en el bus, de llegada del viajero ausente, y la alegría del encuentro con emoción y ternura para poner juntos el mantel de la Navidad con el brasero y la celebración.
Y siento la harina en el belén del lucernario, adornando esta cena de familia,... entre ladrillo rojo y cantos de cardelina y la charata del fogón,...
Y salgo, y voy a buscar cantos de Pastorela en el lugar de adoración cercano, en esa noche blanca que completa la felicidad de ánimo,... y oigo, el sonido del panderetil de Raimundo acompañando al niño de la cuna de mimbre, en reverencia, como costumbre que nos mantiene....
Esta Navidad vuelvo a" La casa a donde los recuerdos duermen ", como es de costumbre, y me encuentro con que las escenas, que fueron y estuvieron, también quieren ver y disfrutar, y por eso me piden,... presurosas, que las saque a pasear,... y yo, raudo, obedezco, porque fue tanta la ternura recibida que es lo menos que puedo hacer.
No sé cuanto tiempo querrán estar, porque intuyo que los encuentros serán largos y dichosos porque querrán preguntar,... y sollozar,... y besar,... y buscarán esa caricia de la mano en el rostro para decirnos que el amor continúa y que su ausencia la estamos llevando bien....
.... todo será emotivo....
Y esa es la realidad, porque a menudo acudimos con tristeza a la puerta de los recuerdos,... como para estar con ellos,.... para hablar,... y acariciar.... y besar....
En las navidades siempre tenemos unos invitados especiales,... de aurora boreal que viene del firmamento trayendo a esas personas maravillosas que un día nos ayudaron a caminar, a mantenernos en pie, y a luchar contra las vicisitudes.
.... ¡No sé si cabremos todos en este mantel de la melancolía !....
Es mi canto a la Navidad.... FELICIDAD Y ESPERANZA,... para las personas de bien.
Chavierín
Preciosa semblanza de la Navidad y estupendos recuerdos de la infancia. Entiendo muy bien tu prosa, tus relatos, tu melancolía, Javier. Porque vivimos con intensidad emocional la Navidad en el pueblo. Porque formábamos parte de ella y sentíamos su presencia vibrante por estas fechas. Tú lo describes de maravilla. No hacen falta más explicaciones. Me apunto al mantel de la melancolía.
ResponderEliminarFelices Navidades. José Luis