martes, 23 de mayo de 2017

LA LAMPARILLA DE ACEITE

          Ante la ocurrencia de mi escrito, mi amigo Diógenes, ha tenido a bien tornar de nuevo para echarme una mano con mi reflexionario,... y aquí estamos los dos, sentados en el banco de los mundos.
     Le comento que esta vez no voy hablar de casos y soluciones, sino, que yendo de herrerías, voy a convertirme en una especie de "Pedro de la Luz " para hablar de estas pequeñas luces del mundo y reflejarlas en las pizarras de los significados.
---- Muy de acuerdo, ----asentía el Sr, Diógenes

     La mente para su reflexionario necesita la compañía de una pequeña luz,----comentaba el Sr. Diógenes, porque encierra momentos de paz y sosiego,.... de quietud de vida,... de esperanza; es mágico ese resplandor para las personas y los seres vivos,----¡ Hasta los peces en el mar acuden a la luz, !----  ¡Hasta los mosquitos pelean en los antorchados,!---- ¡ Hasta el minino encuentra asueto, entornando los ojos alrededor de una vela,! 

    Y dígole, que a mi mente, viene el recuerdo de una lámpara de aceite, de una " señora misteriosa ", que aparecía en las ventanas durante la procesión de la Semana santa de Uncastillo, impenitente, que escondía ciertos miedos y disciplinas,... como que algo gordo pasó,... era como una especie de rebeldía contra la iglesia y la autoridad. Esa pequeña luz encerraba muchas preguntas que el tiempo se encargó de responder,... tristeza,... tristeza....
----¡ esa puede ser una buena interpretación,!----- comentaba el Sr. Diógenes,... en el fondo, se recriminaba que aquello no tendría que haber sucedido.

    .....denuncias al amparo de esa pequeña luz....

    ----Observa todos los altares del mundo, los sagrarios, todos tienen una bujía de compañía, guardando los principios sagrados del sentido común,... está ahí como la esperanza para ir por la vida con la cabeza bien alta. Pero también se ponen en los cenáculos para dar tranquilidad, o en las cabañas del mundo, con el candil primigenio de trameta para alumbrar la cena del descanso,y en los momentos de asueto de lectura y cuenta historias,... siempre está presente.

     Todo es una lucha en este mundo para salir de la obscuridad representada por la luz que busca la virtud y el sosiego emocional, quizá el lucero del alba esté ahí con ese cometido para guiar de buena gana las contradicciones del mundo,... a veces, con observar el firmamento y ver su grandeza, aprendes a reflexionar.

    La luz de la vida, Sr. Diógenes, la certeza de que al final siempre existe el camino correcto.

    Hemos creado una bonita historia, Chavierín,.... hasta otro día.

    Chavierín

     

     

2 comentarios:

  1. Me alegro que de nuevo Diógenes haya acudido presto a tu llamada. Y a fe que también en esta ocasión ha guiado tu pluma con acierto.
    Tu prosa, Javier es suave y delicada. Como el terciopelo. Como los pétalos de una rosa. Y tu canto a la luz lo resuelves de forma personalísima. Se dice que hay que proteger la biodiversidad. Y yo añado que también merece ser protegida la diversidad literaria.
    Un abrazo, señor escritor. Tú que tienes ocasión saluda a Diógenes de mi parte y, si te viene bien le dices que aquí en el Barrio de la Jota también tiene un lugar donde hallar reposo y -si lo desea- conversación.

    ResponderEliminar
  2. Gracias por tus palabras, José Luis, me emocionan.

    ResponderEliminar