martes, 28 de agosto de 2018

¡ AU VOLEUR, AU VOLEUR !

                        Recuerdo con simpatía al actor Luis de Funes en la obra, "el Avaro de Moliere¨, cuando enjuto y pispireto representó a las mil maravillas, en el reclinatorio de la iglesia, la escena  de las damas pidiéndole con insistencia unas monedas para el culto,.... clik, clik,... uh¡,... uuh¡,... clik, clik,... uh¡,... uuh ¡.... y apartaba la cabeza con angustia y la tornaba de nuevo, clik, clik,... uh¡,... uuh¡....  el pretil de su avaricia era inmenso y se metió en una lucha desenfrenada para guardar su cofre lleno de luises de oro contra viento y marea,.... ¡al ladrón, ¡ al ladrón !,... desconfiado y pendenciero. 
     Historias literarias sobre picarescas y afán, en la France de Luis XVI.

     ..... y quizá porque soy un envidioso....

     Voy corriendo al consultorio de libros eternos y busco próceres de escritura de aquellos tiempos que hablen de buscavidas y malandrines en la Hispania dorada de las letras, y encuentro a Don Francisco de Quevedo que me presta el libro del Buscón, que habla de trampas y tramposos como Pablo el segoviano, y a Don Miguel de Cervantes, que me ofrece su Rinconete y Cortadillo, andanzas de Piedro y Diego en el hampa del sur y fechorias. 
     Agradecido me pongo a argumentar con rama de canela, que estos personajillos que nos cuenta la escritura provenían de las barriadas y de la hambruna, seres míseros que dieron que hablar por su indolencia y gracejo, a la hora de cometer fechorías.
     Y escrito quedaron en nuestra literatura estas historias para siempre en los cuadernos de las escuelas, para que disfrutemos del genio e imaginación de nuestros egregios escritores y sirvan como reflexionarios sociales de lo que un día fue nuestra picardía.

     .... sirvan me estas historias.... in comparanza....

     Y he me aquí, que en las grandes disertaciones del parlamento, un tal,  M. Rajoy, tenía a bien hacer graciosidades con los dichos literarios para obscurecer al enemigo con ocurrencias de poeta ancestral, pero tuvo cuidado de no mentar nunca las historias graciosas de estos personajes literarios porque le hubieran metido en la cazuela de la delincuencia con las manos de la oportunidad. 
     Antiguamente eran personajillos de la calle, los que servían para  crear historias de tropelías, ahora son las gentes de palacio torticeras, las que quedarán para siempre escritas en los anales de la corte de Madrid y las Hispanias por sus desmanes,.... ¡ qué granujas !

     Ese será su destino, señor Rajoy, si ha venido de Lorca como registrador a la corte de Madrid, registre bien los documentos,... por favor, porque es fácil pensar que vengan antiguos compinches suyos con escrituras de origen desconocido para que les ponga un sello de autenticidad.

     No sabemos dónde están escondidos los cofres con los luises de oro que hurtaron sus compinches a los ciudadanos, ni sabemos de su arrepentimiento por esa obscura gobernanza, pero sí sabemos que la justicia no los va a dejar en paz.

     .... ¡ Au voleur, au voleur !

     Señor, Funes, lo suyo era ficción, esto, la realidad que nos indigna.

     Chavierín, 

1 comentario:

  1. Estupenda y original idea recurrir al francés para resaltar los tejemanejes de los que, de buenas a primeras se han visto desposeídos legítima y democráticamente de un poder que creían que iban a detentar para siempre. La situación ahora ha dado un vuelco, sin duda. Il faut mettre in ordre aux voleurs.
    Agosto toca a su fin, amigo. El ciclo se repite de nuevo.
    Mes amities
    JL

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