Este detalle puede tener cierta premonición,... puso de nuevo la necesidad de centrar la existencia en las emociones y dar paso solo, a los detalles que nos enriquecen.
Creo que este encuentro, choca de frente con el delirio y la agresividad social que padecemos. Este árbol mágico podría representar, al manual de resistencia, para que la sociedad y esos jóvenes que luchan por su futuro, encuentren la normalidad de vida como la dibujan los jilgueros con su libertad.
A raíz de este encuentro, en medio de la gran ciudad, mi mente se enriqueció y retomó las imágenes del tomavistas de los tiempos, para volver a los campos de cardos del Huerto de la Luna en Uncastillo, donde el jilguero cantor engañaba a los paseantes en los días del invierno, o a los árboles de Alpartir, donde en la época de cría, no hay un árbol que no tenga un nido turístico en alquiler, es un embrujo en el valle, con un poder de seducción que llama la atención del observador.
Con esta bella predisposición, quiero tomar fuerza y tranquilidad para terminar con este año de lamentaciones y comenzar el Año Nuevo con un nuevo garbo intelectual, sosegado, que entienda la condición humana y que no se enfade a las primeras de cambio. Veo que la enseñanza del criterio y el sentido común no recaló en todas las mentes por igual y nos tenemos adaptar a estas inclemencias para subsistir.
" Pongo por testigo " a este árbol de los jilgueros, de que este año que comienza, va a ser venturoso y con menos maldad-
¡¡¡ FELIZ AÑO NUEVO
!!!
Chavierín.

No hay comentarios:
Publicar un comentario