viernes, 8 de julio de 2011

LA VAL DE UBIO en Uncastiello


Recuerdo bien aquellos años de mi niñez en mi casa de labradores, en el pueblo, cuando en el mes de junio llegaba mi abuelo Luis con la burrica cargada con cestas de cerezas y abridores, frutos del final de la primavera de la barranquera de Ubio que eran muy apreciados por el vecindario.
Mi madre Soledad se convertía en una feliz vendedora presentando el producto en el patio de la casa.

La finca, a la cual he nombrado alguna vez, en estas fechas, se convertía en un inmenso vergel con variedad de frutas y hortalizas al lado del barranquillo, rodeada  por los campos de cebada y trigo y por los sonidos de las esquilas del rebaño que pacientemente cuidaba el Sr. Ricardo.

Yo, imberbe jovencillo, me adapté bien a las temporadas de verano. Hacía compañía a mi padre Tomás e intentaba ayudarle en lo que podía, algo así como engrasar los trillos, ir por agua al pozo, pelar patatas para el rancho, recoger las gallinas, llevar a abrevar a las caballerías....
Era feliz con mi mundo, de nidos de milaneta,... de peira,... de sargantanas,... de ranas, de "medicos ",....de vitalidad,... de observar largos ratos al ganado en la pared del serenau y de imbuirme del olor a sirria y a mies que llenaba el ambiente.

Años dorados. Mi padre me decía que los años más felices los pasó en este lugar cuando nosotros éramos pequeños,... lo puedo corroborar, formábamos un buen tándem, yo también era feliz.

La caída de la noche enrojecía el haz de luz de los candiles en la ventana,... se dibujaba una estampa digna del secano aragonés, la paciencia y el empeño en el rudo trabajo. Acababa una jornada y las gallinas impacientes anunciaban el comienzo de otra, su ciclo vital les llamaba... y Chavierín.... a echarles de comer.

Otro día escribiré sobre la "historía interminable " de Ubio, hoy sólo presento un sentimiento en el recuerdo,... me apetecía retornar a este lugar,... para recordar a las personas que ya no están, y pasar un rato triste-alegre en ese, para mí, lugar de ensueño.

Estos días me voy de vacaciones a Alpartir, el pueblo de mi mujer, allí disfrutaré del olor a serenau, de la compañía del burrico de Francisco y de los cantos nocturnos del cuco y del cuclillo, bonitas sinfonías para las noches de verano,... tengo experiencia...

Estas son unas maravillosas secuencias de la vida que he tenido la suerte de disfrutar.

¡¡¡ Ponte el sombrero, mozé !!!.

Chavierín.

3 comentarios:

  1. ¡Excelente relato el de hoy! Has plasmado con delicadeza y gran acierto las emociones y desvelos con que llevábamos a cabo nuestro apoyo a la esforzada tarea de nuestros padres. Comparto al 100% tus experiencias, pero en mi caso, en una tierra más agreste (Gabardilla) que cada dos o tres años se permitía críar media docena de melocotones en un melocotonero que había al lado del serenau. No me extraña que te acuerdes de Ubío como la representación del paraíso terrenal en Uncastillo. El agua del barranco y la buena tierra (además de las tareas de tu padre y tu abuelo) conseguían el milagro de las cerezas y los abridores que yo también degusté con afán cuando era, como tú, un mozé.
    ¡Muy bien por la foto de las cerezas!
    Feliz vacación en Alpartir. José Luis

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  2. YA ECHABA DE MENOS ESTE RELATO QUE TANTAS VECES HAS COMENTADO EN FAMILIA,Y NOS HA HECHO REIR TANTO,TODOS LO SABEMOS DE MEMORIA NO POR ESTAR EN ESE MOMENTO EN EL LUGAR SINO POR LAS PALIZAS QUE NOS HAS DADO CON EL TEMA,NO POR ESO DEJA DE AMOCIONARME SANTIR LO FELIZ QUE FUISTE EN TU NIÑEZ,LAS CEREZAS SON LAS MISMAS DE UBIO BONITA FOTO,CAMBIANDO DE TEMA PASAR UNAS BUENAS VACACIONES CERVEZA FRESCA BUENA COMIDA Y BUENOS PASEOS SIN OLVIDAR LA SIESTA BESOS CHERMINITA

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  3. Leyendo tus recuerdos me parece estar alli, en Ubío...Cuantos años han pasado y que vivo está todo cuando se ha vivido de verdad.
    Me gusta mucho lo que has escrito, cómo lo evocas, parece que además de escrbirlo lo has pintado.
    Desde Leganés un abrazo.

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