Quizá porque en sus enfalsados habitaron los detalles más sublimes,... la artesa que mece los libros olvidados,... el pequeño lavabo con su espejo agrietado,... el viejo baúl repleto de patrones de costura,... las cuerdas de tender enmarañando entre la ropa juegos y esconde cucas, me animo para volver a disfrutar con su recuerdo.
Y escribiendo el silencio....
...... el lucernario que baja del cielo y que descubre la vida del caracol de la escalera, juegos y tertulias de verano entre vasijas de flores del campo, adornos colocados por manos sensibles,....
Y llegar a las cadieras del fuego, donde la leña crepita y arropa a la parrilla del gurmet en esos días de vino y rosas, celebraciones de familia alrededor de la lumbre.
Y entrar y observar los San Pancracios de las cocinas con las ventanas de geranios y jilgueros, cuyos trinos marean a la melancólica esparraguera en su ventana de Mediavilla.
Los visillos y ganchillos de sus balcones,... encubridores y testigos de historias al calor del brasero.
Y al final, una escuela de artes y oficios nacía en su interior, la sastrería valiente en personas y bondades,... el carpintero fiel y poeta en la sombra,... los confiteros de casta y sus frutos de obrador y soplillo, de pastas y vino dulce, y el interminable culto a la subsistencia, al campo y a la mies y, entremedio, el antiguo café de gramola y madera crujiente. Cantos a la sencillez, a la artesanía y a la subsistencia.
Lugar maravilloso de Julias y Soledades, de trupe y habitantes que en tiempos iluminaron sus estancias de ilusiones.
De vez en cuando tienes que volver allí a visitar a sus habitantes,... a hablar con ellos, con esos actores que en su mayoría ya no están y que crearon momentos de vida.
Somos parte de todo, de las alegrías y de las tristezas y responsables de que los recuerdos perduren.
Cartulinas y deseos que ha comprado Chavierín en la Tienda de la Melancolía para celebrar su cumpleaños,... nací en esa casa de la plaza.
Mis momentos mandan.
Chavierín.
¡Muchas felicidades, Javier! Aunque con retraso, deseo y espero que continúes por mucho tiempo deleitándonos con estas magníficas piezas literarias que tan bien reflejan tu sencilla y sensible personalidad reflejada en los temas que sueles tratar. Un abrazo. José Luis
ResponderEliminarOtra vez felicidades, esta vez por tus recuerdos tan vivos y tan vividos. Qué entrañable recuerdo de las Julias y Soledades...y ese mundo que supieron crear tan lleno de la belleza de lo pequeño.
ResponderEliminarGracias por tus recuerdos compartidos. Hoy, no desde Leganés, esta vez desde Zaragoza un abrazo.