domingo, 29 de enero de 2017

LA CAJA DE MISTOS en Uncastillo


          Entre canicas y chapines los bolsillos de mi pantalón rezumaban abundancia, mis chulos vaqueros importados, digo yo,... de Arkansas o de Massachusett, porteaban también mi colección de banderas de las cajas de mistos y la de los héroes de cromos de chocolates Orbea. 
     La felicidad y el consuelo en el mundo de ese rapazuelo rural, hijo de agricultores, era patente, con poco o con mucho se adaptaba a su routier de la infancia, entre la obligación de la escuela y los deberes sin hacer,.... bronca iba a llevar hoy este mozé,.... poesía rural,.... los quebrados no le salían bien.
     Y he me aquí que por mor de la casualidad hace unos días al trastear una vieja plancha de carbón de mi madre, dentro, en la gaterica, apareció una noble chapa de Pepsi Cola de los años sesenta, aplastada, presta para jugar y entretener a los "bandidos ",... José Luís de Papes,...era un gran jugador y José Luís Casanova,... más; eran muy diestros con el guá, los chapines y las chapas, y mientras, Don Javier, el maestro,....  ¡¡ haber, sacad todo lo que lleváis en el bolsillo y ponedlo encima de la mesa !!,... y ¡¡ tu también Alcubierre !!, ¡¡ haz lo mismo !!,... qué le vamos hacer....si éramos incomprendidos.

    Y adorno y pongo estos recuerdos como momentos bellos vividos, con personas de aprecio que toman parte de tu infancia en esas calles y en esas escuelas,... y después,... ¡¡ hala, poneos de dos en dos, que os tenéis que ir a confesar a San Martín !! ,... los sábados por la mañana, como siempre,.... ¡ yo, primer,... !,... con mosén Emilio,... Ave María purísima.... me acuso de,....

    La crianza y la vida rural de escuela y leña al hombro para la estufa, marcaba los días de clase y de leche en polvo, el membrillo auxiliador retornaba al recreo como alimento que venía de las cabañas del mundo,... la navajica y la destreza invitaban,... ¿ me das un trocico ?,... acidez y aprecio venidas de las barranqueras y las minglanas de casa La Francha,... ¡ son cinco pesetas !. Y después del recreo, desde el pupitre, vista a las afueras, al frontón de historia inacabada, lugar de grandes batallas y partidos y a esperar la hora de salir.

    El hallazgo de la chapa me hace hablar,... y escribir,.... y recordar, y volverme plantador de pinos para regar y acarrear agua del lavadero en los calderos de la leche en polvo,.... pusimos aire del bosque en aquellos años en la escuela,.... verde que te quiero verde,... Don Javier.
    Y después bajas al sur, a la plaza Santa María, a merendar, acompañado de las cabras de la dula de José de Rugal, por la calle Mediavilla que retornan  lozanas a sus casas de siempre,... y vuelta a jugar, a la plaza,----- ¡¡¡ no te han puesto deberes hoy o qué !!!,... pues.... la lucha de siempre...

    Ahora en la sesentena me permito afirmar que la infancia de mi generación en Uncastillo fue maravillosa, activa, rebelde, libre,.... quizá, el lugar nos daba pié para hacer volar la imaginación y ser los héroes del castillo y las luchas. Al final, los cuentos de El Jabato y el Capitán Trueno entrecerraban las noches en los colchones de lana, como era de ley,... ¡¡¡ apaga la luz mozé !!!,---- decía el abuelo--- ¡ a ver si encuentro la pera !--- ¡ buenas noches!

..... benditos juguetes de entonces.....

     El encanto de la vida rural, el reto que les queda a las nuevas generaciones para dar vida a esta maravilla de volver a empezar, hablando y convencidos de que nada tiene un final.

    Uncastillo siempre ha tenido cierto embrujo

     Chavierín.


    

1 comentario:

  1. De nuevo has desplegado todo tu buen hacer para pintar este magnífico lienzo de la infancia. Y sí. No una infancia como la que vemos ahora: pegada a las pantallas e inmersa en el consumismo. De mocetes no nos hacía falta el dinero. Éramos inmensamente ricos en experiencias, emociones, amistades y amor de nuestros padres. Difícil explicar a los niños de ahora lo que suponía una buena partida al gua con chapines. Imposible emular nuestras vivencias caminando libres por las montañas.Qué sabrán los niños de ahora lo que se siente haciendo una cabaña....
    Nosotros vivíamos volcados en la acción. Ahora se vive más en la contemplación.
    Un abrazo. José Luis

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