EL SOLIVIANTO Y LA INQUIETUD by Chavierín

          ¡ Bueno, pues ya sé que no soy de los que  van todos los días al huerto, azada en mano, para olvidarse de lo que pasa en el mundo !,... ni soy, de los que con el pañuelico en mano del sudor, solventan todos los problemas del futuro sentados en el pretil de la puerta.... soy como aquel que leía con las viejas antiparras las noticias de los diarios oficiales en el casino del lugar,.... en silencio, acompañado de una copa de anís,... el que cabeceaba y asentía según la benevolencia de las noticias. Soy como aquel pequeño lugareño que se encogía de hombros ante los miedos o blandía canciones tocando la batería con latas de conservas en la Medina del pueblo.
     La expresión de las caras dictaba sentencia,.... se vivía mejor cuando abundaba en las plazas la tranquilidad y el corro de la patata.

     .... y en remitencia de entrante de escrito,... Dios mediante..... expongo las noticias que arañan la actualidad.

     ¡ No llevo bien tanto desajuste, Don José !, los próceres y diálogos del sentido común social, desbarran, se salen de la tría del carro con rapidez, creando cierta inquietud en la gente que sólo quiere ir al casino a tomar café.
    
.... ¡Dejaré la bufanda y el gabán, en la percha de siempre !....

    Y entiendo el solivianto de la natura en estos últimos tiempos,.... y le das la razón; estos cambios climáticos bruscos aceleran y ponen en humbrete la falta de medidas de los gobiernos para evitar el calentamiento global. Muchos no se lo toman en serio, pero, visto lo visto, van a tener que  cambiar ante las evidencias expuestas en todos los telediarios.

    Y me muevo y me quedo en las edades del hombre, en los desaciertos y chabisques de Corea del Norte, con esas armas de largo alcance en liza.... medio en broma,... pero que asusta y pone los pelos de punta. Al final resurge la satisfacción, ante las llamadas al sentido común de la O.N.U, y de los gobiernos sensibles,.... menos mal.

    ..... porque si la imaginación mandara....

    Y me quedo en casa y voy a Cataluña,... a las Ramblas de Barcelona y me indigno ante el uso torticero del dolor en la manifestación de las víctimas del terrorismo para hacer política. Y me solivianto ante los comentarios separatistas y de desalojo queriendo hacer distinción aria en los habitantes de la comunidad.
    Muchas tardes veo en la televisión el programa , España directo y Aquí la tierra, y tengo que reconocer que no existen diferencias de conductas en ningún lugar de España. Me llama la atención la educación y el trato exquisito que se maneja en todos los pueblos del país, incluyendo el catalán, enseñando sus rincones y sus formas de vida,.... lo hacen de corazón. Esta forma de ser sólo la rompen los políticos exaltados, porque aquí abunda la gente llana y bondadosa,... ¡ Qué necesidad hay de crear inquietud !

    .....¡ los nacionalismos que malos que son!,.... decía la canción....

     Y al final, ni me solivianto ni me inquieto, estoy acostumbrado, viendo como en el congreso, Mariano Rajoy, ante las preguntas de la Gurtel,  ha vuelto hacer de las suyas con la frase , " Esta cámara no me ha obligado a asumir responsabilidades políticas ", por lo que da a entender, según Cristina Fallarás en su acertado artículo , " La postmentira de Rajoy ", que asume que ha delinquido, que le da igual, porque le mantienen los votos de la gente y el grupo Ciudadanos en el gobierno y no hace falta volver a comentar de nuevo el tema Gurtel,.... no le obligan, y nunca abandonará el cargo por decencia democrática,... ¡ se la trae al pairo la decencia democrática !
    
     Así, pues, me veo soliviantado ante el descaro de mi amigo de garita Rajoy. Lo veo acabado, como  un Quijote, gobernando su Ínsula de Barataria, sin principios, acompañado de sus Piratas del Caribe, excéntricos e irresponsables, y buscando el palo que le sostenga en el caballo por los siglos de los siglos,... como El Cid,... no hay otra explicación para esta actitud dantesca.

    ¡ Ponme otra copica de anís,... Jesús !

    ¡ Pásale el periódico al señor Severino ! 

Llevo muy mal este concepto de  política nada ejemplar.

Chavierín