viernes, 7 de diciembre de 2018

UN CAFE CON GRAMOLA EN UNCASTILLO

          Sí que es verdad,... que a veces se presenta el crujidor de las rendijas,... ese aire que corteja las puertas de las alcobas de la ausencia, sin luz y con sonido, que nos hace revivir historias.
     Y en exhortación de ánimo, quisiera exponer prudencia y repartir escenas como si fueran cosas de la plaza del Diamant, de años lánguidos, infructuosos, donde el ambiente blandía miedos y disciplinas que anunciaban  futuras amarguras.
     En comienzos, revolvería kilos de cal y pintaría de nuevo las paredes de ese caserón que esconde relatos y momentos de los antiguos habitantes, como cuando al abrir el baúl de los enfalsados aparecieron  cientos de patrones de costura de la pequeña dama guardados en el silencio del paso del tiempo.
     
     En recuerdo sé que está cercano, el último cuarto del corro mirando a los cielos, con ventana exigua de canalera, como vigilante eterna de la mediavilla, lugar misterioso de baldosas de horno de cantarero que albergaba al viajero de casualidad.
     
     Y me quedaré también, con los vientos de los enfalsados que chirriaban los ventanos de invierno,... " mientras las manos templadas con aliento del frío y pelerinas de color, atajaban con las aldabas su empuje ",... huyendo del rigor.
     
     In crazy, descenderé por los rellanos de escalier, y entre floreros marchitos de época, rememoraré y llegaré al ambiente, al cafetín de gramola y mesa de billar, a la mesa del tute y  café de puchero, para llenar las tardes de pasar el tiempo,... y pondremos caras serias en la partida porque la aflicción por las formas de pensar se veía venir,... en esa lucha por los derechos y la razón.
     Baile tímido nació en el salón que habitaba encima del obrador de los dulces, como agasajo a las novias de vino dulce y pastas de té, relleno de glamour y maneras, llegados de las revistas del corazón para ser los primeros en el mundo y relajar las tensiones.

     ¿ Qué desean tomar los señores ?,... dos cafés y dos copas de anís de las cadenas,....       
      .... quizá duros prefacios....

     Preocupación al salir con el gabán de las calles después del último cuplé, orejas cachas por el frío y mirada tensa hacia el campanario que contemplaba la incertidumbre,... algo iba  a pasar.... aunque fueras con la dama del bracete....

     .... desgraciadamente, todo se desencadenó....
     
     Y en tenente de historias, me cercioré con los relatos, y al cabo de los años descubrí, y tuve en mis manos, aquella gramola y los discos de La Argentinita y esas bolas de billar que permanecían olvidadas en las estanterías del paso del tiempo.

     Por eso alguna vez, desde la distancia, me suelo sentar en las cadieras de la contemplación, al lado del fuego, para revivir e imaginar cómo fueron aquellos momentos de miedos e incertidumbres, y ponerme en su lugar,... dicen que se escondían en las chimeneas....

     Al final,... quería decir...
     
     Aunque no sea dueño de escritura, mi vida comenzó en esta casa de la plaza, llena de relatos y momentos,... de terciopelo,... de sutilezas, que de vez en cuando me llaman para que los vaya a visitar,.... " la casa donde los recuerdos duermen "

     Como en todas las casas del pueblo, este caserón está lleno de historias interminables,... que nos definen, y es bueno que sepamos, que las vivencias se mantienen y nunca desaparecen,... solo haría falta que esté patente, el escribidor de cada casa, para que nos cuente sus relatos.

    Haríamos entre todos, un maravilloso dossier.

     Chavierín.

     

     

     

    
       

1 comentario:

  1. Ya me acuerdo de la gramola, ya. Yo también viví atónito varios de estos descubrimientos que nos estaban diciendo a gritos que allí hubo una época en la que la gente compartía ilusiones y ganas de felicidad. En fin, todo se fue al traste con la desdichada guerra que tantos proyectos segó.
    Delicioso artículo, D. Javier.
    Para degustarlo con tranquilidad.
    ...Se acerca La Navidad. La suerte de haber remontado el año y el deseo de seguir disfrutando de los manjares de la vida.

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