A veces, no entendemos que en el mundo de las leyes,,.. de las normas,... de la balanza, el libro donde están marcadas todas las normas para ir por el camino correcto, se tarde tanto en juzgar delitos con evidencias claras de culpabilidad y, aunque siempre tiene que prevalecer la presunción de inocencia, vemos cómo pasa el tiempo preparando defensas, montando parafernalias para después decir lo que era obvio.
Estos últimos años estamos viendo juicios y grandes puestas en escena.
De todos son conocidos los casos de corrupción y los asaltos al patrimonio común de los ayuntamientos. Son grupos organizados especialistas en hacernos creer que lo que hacen es trabajar para la comunidad, aunque veamos que abandonan el barrio de Eras Altas para mudarse a zonas residenciales, porque su nivel de vida no cuadra con su humildad de origen.
Vemos, también, maniobras extrañas, de juicios que al no celebrarse en el tiempo previsto, quedan como anécdotas de algo que ocurrió. Los grandes casos de los personajes de pro, bien reconocidos, suelen contar con buenos actores de defensa, tienen dinero y buenas relaciones y suelen ningunear a la inteligencia del ciudadano, pero estas cosas no pasan desapercibidas en la sociedad,... porque tarde o temprano...
Yo pienso que la justicia es lenta por sistema, todo lleva su recorrido administrativo, de defensa, de buscar las causas, de presunción, de testigos,... pero ante tantas evidencias, las resoluciones tendrían que ser más rápidas y fulminantes,... tanto tenías, tanto tienes que tener, y si no me demuestras en una semana de dónde has sacado la fortuna, castigo ejemplar.
Hay cosas que son evidentes, el tren de vida que lleva el vecino, de todos
conocido, los moratones que tiene que demostrar la señora agredida para que encarcelen al agresor, el poco tiempo que permanecen en prisión ciertos personajes mediáticos,... todo esto sale fuera de la lógica y entonces, nace la desconfianza en la justicia.En esta sociedad no tiene que existir la confianza exagerada entre políticos, empresarios y jueces,... dejemos de lado los vinos institucionales que luego dan que pensar.
Los jueces tienen que ser toscos,... huraños, independientes y justos, porque de ellos depende la disciplina de un país,... y el parlamento, trabajar para hacer leyes que eviten abusos.
Me despido para empezar el año apoyando al juez Garzón.
Chavierín
Dicen que el sentido común es el menos común de los sentidos. Y no le falta razón al dicho. Como tú bien observas, asuntos tan elementales como una justicia rápida, mano dura con los que se saltan la ley a la torera o sumo cuidado en el desempeño del deber público son aspectos esenciales para configurar una buena convivencia.
ResponderEliminarLos de a pie opinamos y poco a poco vamos creando conciencia de necesidad de un comportamiento ético en el desempeño de cargos públicos...
¡FELIZ AÑO NUEVO!
Un abrazo. José Luis
El gran problema de la Justicia en España es que los jueces no han hecho la transición. Ni apuntan maneras de querer hacerla. Hacienda se informatizó rápido con aquel famoso programa "Padre". Por qué Justicia no ha hecho sus deberes? Las fuerzas de seguridad, policia, guadia civil...hacen bien su trabajo, luego llegan los jueces y lo echan todo a perder. Y los jueces que quieren hacerlo bien, algunos conocidos como el juez Calatayud, se encuentran con que carecen de medios. Deberían aprender de los militares, de su evolución, pero pienso que quizá a determinados políticos y grupos de presión les conviene que sigan así.
ResponderEliminarQuizá esa conciencia de la que habla Jose Luis vaya empujando el necesario cambio.
Desde Leganés, un abrazo